Dia dos en la preparatoria de Riverdale y ya estaba emocionado por volver. Mi loca y carente de sentido obsesión por aquella pelirroja no me dejó dormir pero tampoco me dejó cansado. Seguía pensando en aquel cabello cobrizo hermoso y aquellos ojos castaños que se encendían en un rojo vivo casi como su cabello y mi corazón dejó de latir incontables veces durante toda la madrugada.
La puerta de mi habitación se abrió y no tuve que preguntarme quien era porque ya lo sabía.
— ¡te encontré! — Alina apartó la cobija de mi rostro y con una brillante sonrisa en su rostro me miró con admiración, yo, fingiendo con mis ojos cerrados siguiéndole el juego, le sonreí.
—me encontraste. Aunque la verdad no sabía que me había perdido en mi propia habitación. —dije viéndole el rostro donde su sonrisa crecía aún más.
— eres el hermano mayor más torpe, te perderías hasta en un cuarto vacío, y yo soy la mejor hermana del mundo, así que siempre voy a encontrarte. —asintió ante sus propias palabras y sonrió orgullosa de ello.
—claro, y yo agradezco que me cuide, señorita Clark. —revolví su cabello rubio y la hice enojar.
—¡oye! apenas me peiné. —ella me propinó una bofetada con la palma completamente abierta en mi mejilla izquierda cuyo sonido hizo eco en la habitación.
—recuérdame no hacerte enojar la próxima vez.
Ella me lanzó una mirada gélida antes de bajarse de la cama e irse dando un portazo. ¿Cómo puede un pequeño duende de siete años ser tan gruñón? No lo entendería, pero lo soportaría, después de todo era mi hermanita menor.
Me tambaleé hasta el baño y me di una ducha rápida para salir a desayunar. No teníamos tiempo en familia bastante seguido, puesto en las mañanas cada quien se hacía su desayuno y tomaba caminos separados. Mi padre y mi madre trabajaban juntos en una firma de abogados y mi hermanita la recogía un autobús de la escuela y desayunaba allí. Yo, por otro lado, hacía un sándwich rápido y tomaba jugo de naranja o café.
Salí al porche y cerré la puerta con llave antes de volverme hacia la casa de nuestro vecino.
—¡Buenos días, Clark! —saludó mi vecino desde su jardín. Era un hombre mayor, pero no lo aparentaba, tenia el cabello negro y su cuerpo era fornido. Mi papá y él eran amigos de la universidad así que le consiguió trabajo en Riverdale por un tiempo, al igual que la casa que habitábamos que había sido de su propiedad antes.
—¡buen día, señor Lodge! —respondí agitando mi mano en su dirección, arremangando mi mochila para ajustarla mejor y empezar a caminar.
Luke estaba esperándome en la entrada de la preparatoria para irnos juntos a clases. Estuvimos en clases de física y ciencias primero y finalmente en matemáticas, de donde el chico salió como si hubiera asistido a un funeral.
—aún no entiendo qué le encuentras de divertido a las matemáticas. —murmuró Luke mientras salíamos hacia la cafetería.
—sólo son números, no te frustres. —le sonreí con burla y él me golpeó en el hombro.
—¡Luke! —se escuchamos a lo lejos que alguien llamaba.
—tengo que irme, nos vemos en la cafetería más tarde. —dijo al tiempo que empezaba a correr hacia donde lo habían llamado.
—ok. —dije para mí mismo pues él ya había desaparecido en algún pasillo.
Antes de ir a la cafetería me desvío hacia el baño, pero sin querer me equivoco de puerta. Al abrir me encuentro con un salón lleno de instrumentos musicales y las paredes acolchadas para el bloqueo del sonido. Entré y descubrí que no estaba vacío cuando un par de ojos me observó desde su lugar en el banquillo del piano acústico al centro de la habitación.
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Ꭲᝪ᙭Ꮖᑕ しᝪᐯᗴ-《RIVERDALE》
RomanceUn cambio de colegio de nuevo, no era una sorpresa y la verdad esperaba que fuera la última ¨primera vez¨ en un curso. Estaba verdaderamente cansado de tantos movimientos, pero no podía hacer mucho. Pensé que todo sería horrible, de nuevo, pero me...