Me levanté aquella mañana de sábado completamente extasiado. Era mi primer fin de semana en Riverdale y, aunque siempre fuera un perro de casa, me emocionaba descubrir el pueblo donde nos habíamos mudado hace poco. Tomé mi chaqueta de cuero negro que había conseguido en una tienda de segunda mano pero que era completamente funcional para el frio.
—¿por que tan despierto, Liam? —preguntó con diversión mi mamá desde la cocina. —¿acaso hay alguna feria de matemáticas a esta hora ahí afuera?
Me conocía tan bien que cualquiera que no la conociera, siendo que ella casi no pasa tiempo con nosotros por su trabajo, creería que no es así. Pero no podría estar tan equivocada esta vez.
—iré a recorrer el pueblo, quiero saber qué hay y qué no. En cualquier emergencia es importante saber donde se encuentran los puntos de ayuda, ¿no lo crees?
Ella asintió orgullosa de mis palabras. Siempre habíamos sido así, cautelosos. No dábamos un paso sin antes haber analizado nuestro alrededor.
—ve, pero debes llevar a tu hermana contigo.
Incliné mi cabeza con una sonrisa de lado y negué despacio.
—está bien, pero no deberías desconfiar tanto de mí mandando una espía.
—¡oye!, no soy una espía. —una vocecita me riñó desde las escaleras. Tenia su ceño ligeramente fruncido y me miraba con ganas de asesinarme. Le sonreí y agité mi cabeza para que nos fuéramos ya.
—hasta el almuerzo.
—nos vemos, cuídense. Ali, cariño, cuida a Liam, ¿está bien? —reprimí una carcajada y me limité a ver a la pequeña asentir vigorosamente a mamá.
Salimos de la casa e inmediatamente sentí frío. Ya estaba empezando a sentirse la atmosfera glacial del invierno en inicio y nosotros estábamos en un punto alto del pueblo, donde se sentía la presión más baja de Riverdale.
Ajusté la pequeña chaqueta de Alina para que no diera paso al frio y ella me agradeció. Sabia que se arrepentiría de haber venido, dado el clima, por sus mejillas y su pequeña nariz enrojecidas.
—debí quedarme en casa. —ella hizo un pequeño puchero con sus labios abrazándose a si misma.
Reprimí una sonrisa de nuevo. Eso fue rápido.
Subimos a la banqueta y empezamos a caminar en dirección opuesta a la preparatoria, cuyo camino me había aprendido de memoria. Mientras pasábamos por la casa del vecino, el señor Lodge, la puerta de dicha casa se abrió de repente provocando un pequeño salto por parte de Alina. Una chica rubia salió hecha una furia de allí dando un portazo que volvió a asustar a Alina. Pasó junto a nosotros y me dio una mirada tan aireada que sus ojos, que supuse eran verdes, cambiaron a un color oscuro. Tragué en seco e intercambié miradas con Alina que estaba igual de confundida que yo.
—¿Qué acaba de pasar?
—no tengo idea. —Ali se encogió de hombros viendo en la dirección en que se había ido la rubia.
La puerta se abrió de nuevo y esta vez el que dio un salto fui yo. En esta ocasión quien salió fue una la chica pelinegra de mi salón, la señorita Lodge, con un conjunto hermoso que combinaba los colores azul y negro a la perfección.
Una sonrisa apareció en mi rostro sin siquiera pensarlo y ella, a pesar que se veía contrariada, también sonrió. Se cruzó de brazos, cerró la puerta detrás de ella y empezó a caminar hacia nosotros.
—buen día. —fue lo primero que se me ocurrió decirle en ese momento, pero luego me arrepentí por la mueca que ella había hecho. —lo siento.
Ella sonrió y negó suavemente con su cabeza fijando su mirada a mi hermana a mi lado. Ella se agachó para estar a su altura y le sonrió dulcemente.
ESTÁS LEYENDO
Ꭲᝪ᙭Ꮖᑕ しᝪᐯᗴ-《RIVERDALE》
RomanceUn cambio de colegio de nuevo, no era una sorpresa y la verdad esperaba que fuera la última ¨primera vez¨ en un curso. Estaba verdaderamente cansado de tantos movimientos, pero no podía hacer mucho. Pensé que todo sería horrible, de nuevo, pero me...