Autumn

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El ambiente era frío y cálido a ratos. La realidad estaba enmudeciendo al pequeño de complexión delgada. Mark solía decirle, que se alejara y saliera de ahí. Pero él era simplemente muy puro e inocente para pensar que Jeno podía dañarlo.

Porque daba igual cuanto su corazón se retorciera al ver al pelinegro coqueteando con otras personas, o el peso de las crueles palabras que le dirigía. "Eres un tonto" "Vete de aquí, me estorbas" "No te incumbe lo que yo haga, no somos nada" "Déjame en paz, eres demasiado molesto".
Ignoraba el dolor de los mensajes que no contestaba en días, obviaba no recibir ninguna palabra de afecto y el ser ignorado constantemente en público como algo normal.

Todo eso le daba igual, mientras tuviera un poco de la atención de Jeno en privado. Olvidaba todos los momentos malos con tan solo un beso de aquel chico que amaba. Y entonces Renjun comenzó a marchitarse.

Cada día se inyectaba más y más veneno.

Sucedió un día cualquiera, en otoño. Renjun paseaba junto a Mark a petición del mayor, porque notar que el chico que añoraba; se apagaba, solo hacía que su corazón doliera más. Las risas y diversión no faltaron, lo que casi hizo que el pequeño proveniente de china olvidara su dolencia.

Pero entonces, lo notó.

Aquel pelinegro de sonrisa encantadora, junto a una hermosa chica. Con quién la noche anterior se había entregado nuevamente bajo promesas de amor eterno. Promesas tan falsas como pensar que Renjun era un hibisco, porque aunque el chino amara el frío, tan solo era un débil cactus.

Las lágrimas comenzaron a caer y fluir en sus mejillas, mientras el joven canadiense de buen corazón, solo podía abrazarlo. Y su corazón se desgarró al unir su mirada con la del pelinegro, porque aquella acción no detuvo al contrario de besar a la hermosa chica. La lluvia torrencial que cayó en ese instante, se asemejaba a las lágrimas del joven chino.

Renjun caminaba directo a la silla, sin entender que se acercaba su final.

Y por más que su gran amigo Mark le aconsejara y le rogara que saliera de ahí, que dejara de sufrir gratis, el de baja estatura creía demasiado en la gente. No veía la maldad en el mundo.

Tampoco vio la oscuridad en las intenciones de Jeno el día siguiente. Renjun acepto y entendió sus excusas llenas de mentira, y creyó que estaba bien. Que todo estaría bien mientras el pelinegro aún buscara abrazarlo. Normalizo sus gritos y malos tratos como amor, tomó en cuenta sus consejos de alejarse de Mark como preocupación y cariño. Y acepto las migajas de cariño como si fueran algo real.

Clavaba el cuchillo en su corazón, sin temor ni duda.















*Este es el hibisco, una flor de climas fríos

*Este es el hibisco, una flor de climas fríos

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He live under your darkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora