Nuestra historia de amor (Jelsa Fanfiction) ||Sin editar||

Capitulo 18 -Recuerdos

PDV de Elsa

Decirle eso me dolió hasta el alma. No sabia como decírselo, así que solo lo hice. Sabia que si le decía yo, tal vez iba a ser un poco mejor que se lo dijera un doctor...
Al decir esas palabras, pude ver como su sonrisa desaparecía junto con su esperanza y todo lo que le quedaba. Sus ojos reflejaron dolor y sufrimiento mientras se cristalizaban, sus brazos se aflojaron y todo el cariño que se podía ver en su rostro se esfumo. Todo indicaba que tal vez Anna no sobreviviría, pero al final, resultó ser Emma.
Jack miraba perdido hacia la pared, como intentando analizar todo lo que estaba pasando.
-Jack, no...- comencé a decir hasta que me interrumpió con su leve sollozo. Suspire. Jamás le había visto tan mal.
Se levanto, apretando los labios y me dio la espalda para luego irse. Me pare de la silla y lo seguí, le tome la mano y trate de hablarle pero el me respondió con un grito de "Déjame solo", arrebato su mano de la mía y corrió. No sabia si seguirle o dejarle solo. Supongo que tal vez preferiría estar solo en estos momentos.
Suspire y me regrese a las sillas, sentándome y viendo hacia la nada, quedando profundamente dormida.

PDV de Jack

"Emma falleció" eran las palabras que rebotaban en cada esquina por mi cabeza. No podía ser cierto, mi pequeña hermana no puede haber muerto. No. ¡NO! ¡NO ES CIERTO!
Salí del hospital y me encontré frente al estacionamiento del piso 7. Camine hacia un lado, con la mirada baja y con las mejillas mojadas.
¿Que va a hacer de mi ahora? Me repetía a mi mismo esa pregunta, sin haber respuesta. Mi mente estaba bloqueada, no podía pensar con claridad.
-Emma... Esta muerta...- me susurre y apreté los labios, sin creérmelo aun. -¿¡PORQUE!?- alce la mirada, hacia la nada. -¿¡PORQUE ME ABANDONASTE, EMMA!? ¡TE DIJE QUE NO ME DEJARAS, QUE TE NECESITABA! Y aun así... ¡Ni te importa y me abandonas! ¡NO ES JUSTO!-
Patee con fuerza un bote de basura, haciendo que se cayera y resonara por el lugar. Solté un aire de llanto y golpee una pared. No entendía porque Emma se había ido, siempre fue muy fuerte.

Flashback

-¡Jack!- llamo mi hermana, tan solo a los 8 años. -Basta Jack, no me vallas a asustar, t-te lo advierto.
Pero no hubo respuesta. Emma camino sigilosamente por el pasillo, volteando a ver a sus lados, muy alerta.
-¿Jack? ¿Donde estas?- me llamaba pero cualquier ruido me delataría.
Ya cuando estaba mas adelante, salí de mi escondite y me acerque a sus espaldas. Ella aun no se percataba de que estaba ahí, así que fue mi oportunidad. Pose mis manos en sus hombros junto con un grito. Ella, aterrada, grito de vuelta y me miro.
-¡Jack!- me reclamo y me dio un fuerte golpe en el brazo. Yo, aun riéndome, me lo sobe.
-Que fuerte eres- dije entre risas. Emma se veía enojada y volvió a regañarme.
-¡Te dije que no me espantaras! ¡No me gusta! ¡Me da miedo!
-Pero, ¿qué tiene? Es solo una broma- dije divertido. -Además, ¿porque te da miedo?
Ella simplemente se cruzo de brazos y su cara se volvió de una expresión enojada a una triste.
-Porque me da miedo que sea un monstruo...-
Sonreí con ternura y le acaricie el cabello.
-Emma... Ten por seguro que ningún monstruo se te acercara- le abrace y bese su cabecita. -, porque yo te protegeré de ellos. Yo siempre estaré a tu lado y jamás dejare que nadie te haga daño, ¿entendido?

Fin del Flashback

Mis ojos se llenaron de lagrimas nuevamente al recordar los tiempos con mi querida hermana. Me apoye con las manos sobre la pared y baje la mirada con la respiración pesada. Podía ver como las gotas se estrellaban contra el suelo. Cerré los ojos y ahí estaban otra vez, los recuerdos;

Flashback

Emma se veía feliz, jugando junto con su amiga. Yo las cuidaba, viéndolas desde la ventana. Sonreía cada vez que Emma lo hacia. Entonces, pude sentir alguien posarse a mi lado y entonces voltee.
-¿Podrías salir a cuidarlas, amor?- me dijo mama. Sonreí y asentí, levantándome de la silla donde estaba y saliendo de casa. Me acerque un poco a ellas y entonces mi hermana se percató de mi presencia.
-¡Jack!- dijo sonriente. Pude ver su carita de una niña de ocho años llena de felicidad. -¿Quieres jugar?-
-¿A qué juegan?- pregunte con una sonrisa de lado.
-¡A las princesas!- dijo su amiga. Sonreí y me puse en cuclillas.
-Entonces...- dije prensando. -¡Pido ser la mascota chango!
-No hay mascotas changos- dijeron las dos al unísono y entre risas.
-Ah, ¿como de que no?- dije, aguantando la risa. -Yo seria el perfecto para ese papel.
-Ni siquiera actúas como uno- dijo Emma con una sonrisa.
-¿Ah nooo?- dije y sonreí. -Te probare que si-
Me acerque a un árbol y comencé a subirme en el. Podía oír las risas de las dos pequeñas y mi hermana preguntándome que hacia. Llegue hasta una rama gruesa como para pararme en esta. Con cuidado me pose sobre esta y empece a saltar como un chango y a hacer sonidos. Las dos niñas estallaron a carcajadas. Sonreí al ve que ellas lo hacían y, con las piernas, me colgué en la rama.
-¡Jack, baja de ahí!- oí a mi hermana decir entre risas.
-Entonces, ¿puedo ser la mascota chango?
-¡Si!- rieron las dos.