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Narra Leandro

Ya se ha acabado todo, la cuarentena, el virus para el cual se encontró la cura, criminales capturados y ahora todo volvió a ser normal. Mañana empiezan las clases en mi escuela, he pasado a noveno con buenas notas, lo que más me emociona de todo es que voy a poder salir de nuevo y que podre ver a Edwart, el que me pasa las tareas, mi mejor amigo en el salón, espero que me tenga paciencia porque mañana voy a ir cargado de estupideces en mi cuerpo para ser como soy.

Ya le dije a mi padre todo, fue raro al principio pero ya está bien, después de todo ya han transcurrido cuatro meses, es primero de octubre, me tengo que dormir temprano para despertar antes de las 6 y llegar a tiempo a mi primer día de clases.

(...)

Hoy es 2 de octubre, el inicio de clases, suena la alarma y me despierto cansado, quiero quedarme en cama, vuelvo a dormir hasta que unas manos me quitan mi sabana y mis almohadas, es mi madre.

-Mama: A despertar! Hoy es un nuevo día y tienes que llegar antes de las 7! - Me lanza una de las almohadas a mi cara y luego de un gruñido me siento en la cama mirando mi zapato tirado en el piso.

-Mama: Te apuras que tu papa te va a dejar- se fue de la habitación con una expresión victoriosa en su rostro.

Tome una toalla y fui al baño a darme una ducha rápida, y hacer películas y situaciones del día de hoy que no pasaran jamás. Salgo de la ducha y voy de vuelta a mi cuarto a buscar el uniforme, de la institución a la que asisto, con el cual me voy a vestir.

Ya vestido, me como medio panqueque y me voy a cepillar los dientes, la mochila con mis cuadernos y mis útiles los arregle anoche así que solo tomo mis llaves, mi suéter, mi teléfono y algo de dinero para volver, salgo de la casa y me subo a la camioneta de mi padre.

-Yo: Hola- Salude con una sonrisa y me senté en el asiento del pasajero.

-Papa: Casi te dejo -Dijo de manera sarcástica -¿Nos vamos?

-Yo: Jaja que buen chiste, vayámonos -Dije fastidiado porque aún tengo sueño.

Encendió el carro y nos fuimos. Después de 3 minutos llegamos.

Abrí la puerta del auto para entrar al colegio pero me detuvo mi papa.

-Papa: Te portas bien y copias todo- Siempre me dice eso cuando me voy a la escuela-. Toma, algo de dinero para que te compres algo- Me dio los billullos, le agradecí sonriendo, le di un abrazo, me despedí y me largue a estudiar.

Ya ahí me encontré con varios amigos y conocidos, los salude y a algunos los abrace porque enserio los extrañe, pregunto dónde queda mi salón y un amigo me dirige hasta allí, me encuentro con mi grupo, me les acerco en silencio tratando de asustarlos, me han dicho que a veces soy invisible y es divertido aprovechar eso.

-Yo: Hola bobos! –Les grito estando lo suficientemente cerca como para que se espanten.

-Todos: ¡¿Cuándo llegaste?! ¡Estas vivo! –Dicen entre asustados y felices. Me abrazaron todos, también Kenny. Tal vez no me entiendan del todo pero sé que me quieren.

-Yo: Acabo de llegar y claro que estoy vivo, no iba a morir tan fácil, no sean idiotas –Les dije con una gran alegría en la cara.

Sonó el timbre que avisa sobre el acto cívico que consiste en entonar el himno, dar la bienvenida del nuevo año escolar y dar un mensaje o una charla sobre tal tema, tengo sueño y no quiero escuchar tanta palabrería, esto es un completo fastidio, solo tengo ganas de sentarme a leer en mi teléfono durante la clase.

Error trágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora