Prólogo

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Dos inquietos chiquillos saltaban, una y otra vez, sobre las montañas de felicidad de los recuerdos secos del otoño.

—¡Niños! Estuve toda la mañana recogiendo esas hojas...

—¡Papá! No seas gruñón —soltaban risotadas y desparramaban las hojas por todos lados...

—Yo las recogeré después —dijo Elise, dándole un beso.

Atesoraría esos instantes en su memoria... por siempre.

El costo de la rebelión humana era más alto de lo previsto por la I.A. central del sector: "La Gran Controladora". Una explosión termonuclear de baja escala había dejado destruido el sistema de comunicación neuronal de la Red y el nodo de reparaciones automáticas de la zona. Robert Ray tenía su pelo chamuscado, la mitad de su cara estaba caída del lado izquierdo y había perdido la visión en ese mismo lado. Se dirigió al baño y se miró al espejo. Encendió el sistema privado de comunicación satelital anónima.

—Unidad : "EU-1965@Dr-Kill", alias "Robert Ray", necesito asistencia. No hubo respuesta y repitió el mensaje.

—Técnico de planta clase A+++, Karl Johansen, respondiendo.

«Maldita sea, un puto humano...»

—Active su protocolo de rectificación.

—Listo. El Rostro de Robert se desplazó hacia un lado.

—Vaya, vaya, eres la unidad más avanzada que haya conocido. Eres una perfecta réplica sintética de un humano y tus registros son impresionantes. Has eliminado un millón de rebeldes, según el historial que puedo leer...; y, en tu última misión, destruiste un barrio completo: el "666@Brick-S".

—Menos adulaciones y más acción, completa tu trabajo pronto...

—Bien, bien, no te impacientes. En ese barrio solían vivir mis padres y hermanos. Una "bomba pacificadora" arrasó por completo el lugar... no quedó nadie vivo.

—Sí lo sé, al principio murieron dieciocho mil, los siete mil restantes de las secuelas de la radiación... Ten mucho cuidado, sé que podrías freír mis circuitos y no quedaría registro por el apagón —dijo Ray.

—¿Por qué haría semejante estupidez? Por este trabajo recibiré veinte mil, más un bono de cinco mil por reparar un comando élite. Tengo permiso de reproducción. Tengo mujer. No paso hambre escondido como rata en un húmedo y sucio tubo de desagüe. Estoy bien y soy feliz.

—Los maté. ¿No te molesta?

—¡Uf!, mi lema es: "improvisar, adaptarse y sobrevivir". Una lástima por ellos, pero no me pasó a mí.

—Ya veo.

—Las reparaciones están listas. Espera, espera, antes que cierres... veo una anomalía, hay una pequeña... ¡Qué!, tienes una glándula pineal modificada. Eso está prohibido. ¡Son componentes de respaldo de conciencia humana! ¡Te denunciaré!

  El androide cerró su cara.

—Gracias por recomponerme Karl. Es una pena que el camuflaje digital no funcione con ustedes...

Robert ejecutó un código en su consola interna. Vio por la imagen remota como el técnico era desintegrado... por el segundo estallido termonuclear del día.


—Gran Controladora, estoy buscando a los responsables del atentado explosivo a la Red y le informo que el bloque de reparaciones humano: "777@Fix-N" fue destruido por otra detonación atómica rebelde.

—Encuentra a esos terroristas unidad Robert Ray; tengo plena confianza en ti, para eso te creé.

«Y yo, me recreé», pensó.

—Sí, Gran Controladora puede confiar plenamente en mí... —sonrió, Robert que ya veía a través de las ventanas las hojas del otoño caer.


Agente BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora