Inés mueve el pie nerviosa mientras mira la pantalla de su ordenador, ¿dónde coño se habrá metido? Mira la hora. Las ocho de la tarde. ¿Debe llamarle otra vez? Enseguida aparta ese pensamiento de su cabeza, no quiere parecer una pesada. Mientras piensa que hacer para matar el tiempo, la puerta de su cuarto se abre haciendo que pegue un bote en la silla.
-¡Papá!- se queja la chica llevándose una mano al pecho.
- Perdón, no pretendía asustarte.
- Pues menos mal que no lo pretendías. Llegas a asustarme en serio y me tienes que llevar al hospital. - El padre de la chica suelta una carcajada y se acerca a su hija.
- Me ha llamado la abuela.- dice el hombre mientras se pasa una mano por el pelo. - Dice que se arrepentirá, pero que tienes luz verde.
- ¿En serio?- Una sonrisa de oreja a oreja se instala en el rostro de la chica.
- En serio.— Él también sonríe.La morena pega un salto, se abalanza sobre su padre y ambos se funden en un abrazo. En ese momento, suena el característico sonido de Skype e Inés se separa de golpe. Cuando ve quien le llama, empuja a su padre fuera de la habitación, se sienta delante del ordenador y descuelga la videollamada. Manuel aparece en la pantalla secándose el pelo con una toalla y la morena ve el neopreno del rubio extendido en la silla.
—¡Hola! ¿Como estás?
—Preocupada Manuel. Tengo muchas cosas importantes que contarte y apenas das señales de vida, ¿qué te cuesta ponerme un puto WhatsApp?
— Pero si sabes que los martes tengo clase de buceo de cinco a siete y media Inés.
— Ya, pero hoy es miércoles.
— No, hoy es martes.La morena mira la fecha en el móvil. Su amigo tiene razón, es martes. Las risas de Manuel no tardan en llegar e Inés se contagia rápidamente. La videollamada transcurre con normalidad, hasta que Inés le cuenta a su amigo la noticia.
—¡Tengo luz verde!
—¡No me jodas! ¿Te ha dejado?
—¡Sí! La semana que viene pondré el anuncio para que cinco personas más se vengan a vivir con nosotros. —dice la morena, que está visiblemente emocionada.
— ¿Te das cuenta de que vamos a pasar de no vernos en dos años a vernos todos los días? ¡Es genial!Manu e Inés se conocieron gracias a un grupo de Instagram de su equipo favorito, el Real Madrid. Empezaron a hablar por privado para conocerse mejor y se hicieron grandes amigos. Pero había un inconveniente: la distancia. Inés es de Mallorca y Manu de Barcelona, pero aún así, han conseguido verse varias veces, la última hace dos años.
— Lo se, me muero de ganas.
En ese momento, la hermana pequeña de Manu aparece por detrás de él para que baje a cenar. Los chicos se despiden e Inés seguidamente llama a su abuela para agradecerle que le deje su casa en Madrid para alojar a siete universitarios. Sabe que su abuela está maquinando algo para sacar beneficios, pero prefiere no pensar en ello. Si le pone pegas, las afrontará. Cuando acaban de hablar, no lo resiste .Pone un anuncio en varias aplicaciones para alquilar las habitaciones restantes. La emoción puede con ella.
A la mañana siguiente, a Inés no le parece tan buena idea. Irse a una casa con cinco completos desconocidos es una idea de locos. Sin embargo, tiene una idea que no puede fallar. Coge el móvil y marca el número de una persona que sabe seguro que se irá con ella a Madrid.—¿Dígame?
— Aitana, soy yo Inés.
— ¡Hola! ¿Cómo estás? Hace muchísimo que no nos vemos.
—Ya, este año vuelvo a Benidorm. ¿Estarás?
— Por supuesto, ¿o quieres que Carla me mate?
— No por Dios.— ambas ríen.Mientras se ponen al día, Inés le comenta la idea a Aitana:
— ¡ Cuenta con nosotras!
—¿Con Carla también?— la morena frunce el ceño. De Aitana se lo esperaba, pero de Carla no. Según tenia entendido, ella lo último en lo que pensaba era en irse de Benidorm.— Si, con ella también. No quiere quedarse en Benidorm por mucho que lo diga, así que aunque sea a la fuerza me la llevo de allí. Las razones que te las cuente ella, yo paso que me da pereza hablar tanto.
— Perfecto. Pues solo nos quedan tres habitaciones.
— Intenta colar a algún tío bueno por favor. Es mi único requisito....
..
.
— ¡Christian, ábreme que me estoy empapando!
— Esperame que bajo ahora.
Carol resopla y se anota mentalmente no volver a olvidarse las llaves del portal en casa. Segundos después, su amigo abre la puerta y le tiende un paraguas.— ¡Ya era hora! Me podrías haber abierto aunque fuera la puerta del portal.
— Te merecías mojarte.Los ojos de la chica se abren de la sorpresa. Su mejor amigo ríe.
— ¿Qué te he hecho yo para que me tengas en la puerta mientras cae la de Dios?
— Irte a Madrid a estudiar y no avisarme.— la morena frena en seco.
— ¿ Cómo te has enterado?
— Me he encontrado con tu madre cuando bajaba a correr esta mañana. Me ha preguntado que si conocía a alguien que tuviera una habitación libre en Madrid. En principio, he pensado en tu hermano, pero él ya tiene piso así que solo quedabas tú, lo he consultado con Ada y apoya mi teoría.La chica se masajea las sienes con las manos, no sabe si matar a su madre o a sus mejores amigos. Opta por respirar hondo y hablar lo más calmada posible, tragándose cualquier tipo de ira.
— No os tendrías que haber enterado así— dice mientras empieza a caminar otra vez. — Os lo iba a contar mañana cuando quedáramos en tu casa y poder hablarlo los tres.
— ¿ Desde hace cuánto lo tienes decidido?
— Desde esta mañana— Christian alza una ceja.— Te lo juro. He visto un anuncio que está muy bien y no lo pienso dejar pasar.
— No estoy enfadado porque te vayas, por esa parte estoy más bien triste — Carol le acaricia el brazo— estoy enfadado porque no me lo contaste al instante.
— Tu tampoco me contaste que estabas empezando algo con Natalia y no te dije nada. — Ahora es el turno del chico de mirarla sorprendido.— ¿Sabes donde te estás metiendo? Natalia vive en Huelva y tu aquí, en Vigo. Una relación a distancia es de todo menos fácil.
— Natalia me gusta mucho y yo a ella también, no hay más vuelta de hoja. La distancia me la trae al fresco.
— Las relaciones a distancia no acaban bien. Nunca. ¿O se te olvida como lo pasé yo hace un año?
— Ese chico era imbécil. Yo quiero muchísimo a Natalia. Ya llevamos hablando dos años y estoy seguro de que acabaré con ella. Me da igual sufrir.Carol mira con admiración a su amigo. Tiene todo el valor que le falta a ella. No lo duda y le abraza. Él la recibe gustosamente y, a pesar de que se están empapando, no hay cosa que les importe menos que eso en este momento.
— ¿Sobra alguna habitación en el piso de Madrid?
— No me jodas que te vienes conmigo
— Casi, es para Natalia. Ella también quiere estudiar en Madrid, pero no encuentra nada.
— Bueno, había cinco habitaciones, por mi parte ya eran dos — Chris le mira alzando una ceja— Le voy a coger una a Carmen. Pero puedo preguntar por otra más.
— ¿ Te he dicho ya que te amo?
— No tanto como deberías.
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Jóvenes eternamente
Teen Fiction"Si tú quisieras vivir conmigo para siempre, entonces tú serías diferente del resto de la gente." Seis universitarios se mudan a una casa, sin saber que allí vivirían las peores, pero también las mejores, experiencias de su vida. Ilustración de la p...