Capítulo 2

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Al parecer a la profesora de Novela le hablaron muy bien de mí, su primer tarea con un valor de 100 puntos era escribir cuál era nuestra más grande pasión y que mejor que escribir acerca de la literatura feminista, lo anote en mi libreta de recordatorios y notas y veo por el rabillo de mi ojo que el chico de los ojos verdes no despega su mirada de mi cuaderno, así como pregunto un poco malhumorada: -¿Se te ofrece algo? - y el se ríe escandalosamente, tiene una risa bastante bonita para serles sinceros, esperen, ¿qué carajos me pasa?, me levanto rápidamente y me sigue.

- ¿Te caigo mal? - Me pregunta con un tono como de disgusto.

-No, ni siquiera te conozco, más bien, ni siquiera se tu nombre- Le conteste con un tono más suave.

-Así que me presento, soy Watson, Alexander Watson, pero me puedes decir Alex.- Me dice con una sonrisa completa y mostrándome su mano, esperando que se la estreche.

-Mucho gusto, yo soy Adria- Estrecho su mano y sentí como una electricidad entraba en todo mi brazo, y aparté la mano con rapidez para no hacer de este un momento incómodo.

- ¿Cuál es el significado de tu nombre? Perdón, es que he conocido a muchas personas llamadas Adriana pero jamás alguien que se llame como tú- Me pregunta de buen modo, creo que nunca nadie me hubiera preguntado acerca de.

-Vaya, jamás vez me han preguntado acerca de mi nombre.- A lo que él se me queda viendo con, ¿Ternura? - Se supone que es un puerto marítimo en el Adriático pero en sí, significa "sombrío, o negro como el carbón". -Eso último se lo digo con algo de timidez.

-Es un nombre original pero el significado está mal. -Me dice mientras se aleja-.

-¿Por qué? -Se lo dije gritando-

-Porque tú no eres oscura, Adria.- Y diciendo eso, hizo aparecer una gran sonrisa en mi cara.-

El día prosiguió normal, no volví a ver a ese tal Alexander y seguí con mis clases, luego al terminar fui a coordinación y entregue la hoja de firmas que me pidieron, cuando me encontraba en el estacionamiento, ví que alguien estaba recargado en mi auto, no reconocí bien quien era porque estaba de espaldas pero a reconocer su alta estatura, ví que era el molesto ojos verdes.

-¿Qué pasó, cariño? ¿Cómo te trato el primer día de clases?. -Me pregunta paciente.
-Bastante bien, solo que hay un tonto estorbando mi paso para ya irme de aquí. -Le dije bastante fastidiada
Al parecer se le notó sorprendido, y no se si fue por mi contestación alterada o porque no cree que ese es mi auto.
-¿Ese clásico es tuyo?. -Me pregunta-.
-Es de mi mamá pero me deja manejarlo últimamente. -Le mencionó un poco orgullosa.
-No puede ser, yo soy fanático de estos coches, son unas leyendas.-
-Solo es un vocho, no es gran cosa.-
-¿Le dices a esto "poca cosa?. -Me pregunta ofendido-.
-No dije que fuera poca cosa, no pongas palabras en mi boca que no.-
-Bueno, cariño, tengo que irme, me toca una gran caminata.-
-¿Te irás caminando?. -Apenas noto que me escuché preocupada por el.-
-Si, mi moto se descompuso y me la entregan pasado mañana-.
-¿Quieres que te dé un aventón?.-
-¿En ese carro? Por supuesto que sí-.
Abro el carro y se sube en el asiento del copiloto todo fascinado.
-Que fácil eres, ¿Lo sabes?.- le digo en tono de broma-.
-Oye, si una chica sexy te ofrece aventón en un carro clásico, no le dices que no, cariño-.
Y no se porque, pero eso me hizo sentir mariposas en el estómago, diablos, será un largo e incómodo camino.

"Me devolviste a la vida"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora