Hyungwon finalmente sonrió.
Después de un tiempo habiendo esperado, ya estaba con él.
Finalmente podía esconderse en sus brazos.
Él no podía parar de sonreír mientras acariciaba el cabello de Hoseok, y se preguntó porque le había tomado tanto tiempo en regresar, pero dejó de pensar en ello cuando sintió los labios de Hoseok chocar contra su mejilla, estaba en el paraíso.
Luego, Hoseok soltó una risita y Hyungwon abrió sus ojos para ver los ojos luminosos y la sonrisa radiante de la persona que amaba.
Después de eso, todo quedó en silencio. Hoseok comenzó a jugar con el cabello de Hyungwon, y llevó un poco de su cabello detrás de la oreja.
Hyungwon lo miró a los ojos, pero Hoseok no le devolvió la mirada.
Con mucha calma, acortó la distancia que los separaba y plantó un beso en los labios del chico. Definitivamente había extrañado mucho hacer eso. El beso no era diferente de los que ya habían intercambiado antes, pero de alguna manera, se sentía especial.
Hyungwon disfrutó cada segundo, pero se sintió triste cuando vió a Hoseok alejándose poco a poco.
Hyungwon le sonrió, pero él no le sonrió de vuelta, tenía una mirada seria y eso hizo que Hyungwon se preocupara.
—Hoseok, ¿estás bien?
Él no le respondió y en su lugar, le dió una sonrisa triste.
Hyungwon tomó su mano, pero no sintió nada. Él no estaba sosteniendo nada.
Él intentó mirar los ojos de Hoseok, pero este se estaba desvaneciendo. Hyungwon estaba desesperado y trataba de manter a Hoseok cerca de él, como si así fuera a evitar que se desvaneciera por completo.
Al final, Hoseok se desvaneció y Hyungwon comenzó a llorar; el chico al que más amaba se había ido de nuevo.
Cuando Hyungwon se despertó rodeado por la oscuridad de su habitación, pensó que tal vez Hoseok no lo amaba más.
Y tal vez esa era la razón por la cuál él seguía desvaneciéndose.