Estaba frío. Hyungwon sentía frío.
El invierno había llegado, llevándose consigo la calidez del otoño.
Habían hojas muertas por todos lados, pero lucían diferentes. No tenían esos típicos colores hermosos que las caracterizaban, esas sombras naranjas y amarillas, esas estaban teñidas de colores oscuros, de negro y café. Lograban hacerte sentir triste con tan solo darles un vistazo.
Hyungwon las miraba desde su ventana.
Aunque él quería regresar a su cama, sabía que tenía que dejar la casa, así que decidió buscar algo que lo abrigara y lo protegiera del viento.
Él movió varias prendas, hasta que se encontró con ese abrigo verde que utilizaba en cada invierno, desde varios años atrás. Ese abrigo era especial. Hyungwon sonrió, y deslizó sus brazos por las mangas del abrigo, sintiéndose calentito.
Él tomó sus llaves y salió de casa para enfentarse al mundo, una vez más.
Ese día, decidió no colocarse sus audífonos. Quería escuchar el viento chocando contra las hojas de los árboles, el sonido que emitía la nieve al ser presionada bajo sus pies y el cantar de los pocos pájaros que atravesaban el cielo azul.
Cerró sus ojos por un momento y sintió el viento chocando contra su rostro.
Cuándo llegó, se sentó y cruzó sus piernas. Su mano buscó entre su mochila, y se encontró con ese sobre verde pastel. Él retiró el sobre y se encontró con una carta, las palabras aún se podían leer con facilidad. Él comenzó a leerla, así como lo hizo los dos años anteriores.
22 de julio de 2017
¡Hola, Hyungwon!
—Hola, Hoseok —Hyungwon susurró en voz baja.
¿Cómo te sientes hoy? Espero que te sientas feliz. Ha hecho mucho frío estos días, ¿verdad? Por suerte, ¡tu tienes mi abrigo verde! Te ves tan bien de verde.
Hyungwon miró el abrigo y sonrió con nostalgia.
Sólo quería decirte que te extraño mucho. Es muy aburrido aquí, ¿sabes? ¡Estudiar es todo lo que hago! Casi nunca salgo de mi habitación, porque tengo que estudiar para todas mis asignaturas. Espero que estés disfrutando tu último año antes de la universidad, porque, créeme, es horrible. Aunque, estoy aprendiendo muchas cosas nuevas. No puedo negarlo. Ser un estudiante de intercambio es lo mejor, aunque también tiene sus contras.
Por cierto, ¡sólo faltan dos semanas! Dos semanas y por fin volveré a verte. El tiempo realmente vuela, ¿no crees? Cada día me pongo más y más ansioso. No te he visto desde el diciembre pasado, a veces deseo que estuvieras aquí conmigo. Mi compañero de habitación no es para nada divertido, él siempre está en su mundo y sólo me habla cuando quiere comer o necesita comprar algo. Te prometo que algún día vendrás aquí conmigo, Hyungwon. Es muy hermoso, así como tú. La nieve ya está cayendo, y el paisaje es hermoso. Pero sería más hermoso si estuvieras aquí, a mi lado. Cómo sea, ¿cómo estás? ¿Tú y Minhyuk han ido a jugar videojuegos sin mí? Espero que no, me sentiría algo celoso jajaja. Espero que estés durmiendo bien, y que estés comiendo lo suficiente para no enfermarte. Tengo que irme ya, Hyungwon. Tengo que seguir estudiando. Te escribiré pronto. Te amo, Hyungwon. ¡Espérame, por favor!Con amor,
Lee Hoseok.
No había ni terminado de leer toda la carta, cuando Hyungwon había comenzado a llorar. Él lloraba mientras sostenía la carta en sus manos.
Hyungwon sólo se podía preguntar porqué, ¿por qué se tuvo que ir? Hoseok no merecía eso, él merecía ser feliz. Él merecía el universo entero.
—Te amo, Hoseok. Te extraño —sorbió su nariz, al mismo tiempo que secaba sus lágrimas con la palma de su mano—. Te extraño mucho, estoy usando tu abrigo, ¿ves? Ya no siento frío, tu abrigo me da calor. Pero tus abrazos me daban el calor que yo necesitaba.
Hyungwon no pudo evitarlo y saltó en lágrimas una vez más.
《¿Por qué él? ¿Por qué no yo?》—pasó por la mente de Hyungwon.
La verdad era que, Hyungwon no podría volver a sentir el cálido abrazo de Hoseok. No podría volver a besarlo, ni podría jugar con su cabello, o decirle cuánto lo amaba debajo de la luz de la luna. No podría volver a caminar junto a Hoseok, ni escuchar su risa chillona, y todo por ese conductor ebrio. Ese estúpido conductor ebrio, que se estrelló contra él. Llevándose consigo, su sonrisa y su vida. Él mató a Hoseok, pero también mató a Hyungwon sin siquiera haberlo tocado.
Hyungwon levantó su mirada y la posó en el cielo azul. Volvió a bajar su mirada, encontrándose con la lápida de Hoseok.
Lee Hoseok
1993 - 2017Entonces, Hyungwon se dió cuenta, como lo hizo hace dos años, que Hoseok estaba muerto, y esa era la razón por la cuál no regresaba.
[♡]
Hasta acá llega está historia.
Realmente espero que les haya gustado.
Muchísimas gracias por tomarse el tiempo de votar, leer y de comentar.
Se despide,
A.
