Cuatro

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Me quedé en mi baño en una camiseta y ropa interior con mis pantalones cerca de mis rodillas, al borde de la hiperventilación. Rosé estaba afuera de la puerta, y era como si ella fuera un imán. Mi corazón seguía tratando de saltar fuera de mi pecho hacia ella. Ella me había dicho que me quitara mis capris, y que necesitaba evitar usar ropa ajustada sobre la quemadura por un tiempo. Ella se ofreció a ayudarme a quitarme mis pantalones, pero eso me hizo sentir como si fuera a vomitar otra vez.
Así que en vez de eso, empecé a menearme para quitármelos por mí misma, tratando y fallando para mantener el tejido lejos de tocar mí dañada piel.

Deslicé el material un poco más bajo, y me mordí mi labio para tratar de silenciar un gemido.

— ¿Jisoo? —Rosé golpeó ligeramente la puerta.

— ¿Estás bien?

— ¡Estupendo! —dije de vuelta. Tiré los pantalones de nuevo y jadeé.

—Jisoo, sólo déjame ayudarte. Me estás preocupando.

Cerré mis ojos, tratando de pensar una manera de evitar esto. Cojeando torpemente con mis pantalones alrededor de mis rodillas, me encontré con una falda con cintura elástica en mi cesto. La metí por mi cabeza y la bajé hasta cubrir mi ropa interior, y luego me senté en el inodoro. Sentí segura de que mis mejillas eran probablemente de un tono humillante de rojo. Nada podía hacer al respecto ahora.

—Bien. Entra.

La puerta se abrió lentamente, y la cabeza de Rosé se asomó por la esquina, seguida por el resto de su cuerpo. Le echó un vistazo a mi falda arrugada, y a mis pantalones agrupados en mis rodillas. Entonces ella rió. Una estridente risa, en realidad.

—Esto es tan humillante — ¿Cómo iba a poder tener sexo con ella ahora?

Apretó sus labios para contener la risa, pero diversión seguían bailando en sus ojos.

—Lo siento. Sé que te duele. Sólo te ves tan... — ¿Ridícula?

—Bonita.

Le di una mirada honesta.

—Ridículamente bonita.

Su risa era intoxicante, y no pude evitar mi sonrisa a regañadientes.

—Está bien. Ahora que te has reído, ayúdame a sacarme los pantalones —dije con el mismo sarcasmo con el que había estado apoyándome desde que ella entró.

O ella no captó el sarcasmo o sólo no le importó porque sus ojos se fijaron en mi de una manera que solo podría describir como completamente depredadora. De pronto, mucho más que mi pierna estaba ardiendo.
Me miró por un momento antes de bajar los ojos, y se aclaró la garganta. Arrodillado junto a mí, tomó mi pierna entre sus manos.
Yo ya había empezado a bajar los Capris, así que la quemadura estaba cubierta. Ella se aclaró su garganta otra vez y luego deslizó su mano bajando el pantalón de una pierna.

ATAQUE. AL. CORAZÓN.

Estaba bastante segura de que estaba teniendo uno.

Usando su otra mano, bajó mis pantalones lo más bajo que pudo, justo debajo de mis rodillas. Ella me miró, aclarando su garganta otra vez y dijo—: ¿Me pasas tu mano?

—Mantén tu mano aquí, y tira de tela tan lejos de tu pierna como puedas. Voy a hacer la misma en la parte inferior, y trataremos de sacártelo sin tocar la quemadura.

Asentí, mi mano diez veces más estable que mi corazón.

Ella deslizó su mano hacia arriba y hacia fuera, su ligero toque enviando escalofríos en mí. Ella hizo lo que dijo, tirando lejos de la tela de mi piel en la parte inferior, y luego juntos intentamos sacar los pantalones. No era la misión más exitosa. Esos jeans eran muy apretados (gracias a Jennie), y cada vez durante mucho tiempo, y mientras la tela chocaba con mi piel, y me encogí.

ˡⁱᵏᵉ ᵃ ᵛⁱʳᵍⁱⁿ ☘︎︎ ᶜʰᵃᵉˢᵒᵒ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora