14.- ¿Alguien?

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Diego solo quería una cosa; ser pareja de Sparta.

El castaño por alguna extraña razón se sentía incómodo ante las muestras de afecto que el de perfil puntiagudo le daba.

Era tierno, pero comenzaba a hartarle. No sólo el hecho del ser agobiante, también el hecho del estar recibiendo demasiadas miradas de Raptor.

Su corazón se agitaba más por esas miradas que por el cariño de Diego . Y eso lo tenía con los ánimos a flor de piel; con ganas de golpear a cualquiera que se atravesara en su camino.

---No quiero romperle el corazón pero tampoco quiero nada con él.--- Sparta le dijo a Lili, quien intentaba consolar al menor.

---Creo que deberían hablar. Aclarar las cosas y llegar a un acuerdo. Sé que te incomoda.--- lili habló bajito, puesto a que musi y Diego se acercaban a ellos.

---Hola, pequeño.--- saludó el menor, dejando un beso en la mejilla ajena.

---Hola, Diego.--- Sparta cerró con fuerza sus ojos, sentía que en cualquier momento lloraría. ---Necesitamos hablar.

---Oh claro, ¿de qué se trata?--- el menor sonrió, Sparta no pudo sentirse más culpable.

Sin embargo, su mirada se desvío hacia una silueta negra detrás del chico, Raptor caminaba junto a un amigo mientras sonreía.

Las miradas de ambos chocaron, el rostro de Raptor se mostró serio, mientras que el de Sparta se tornó rosa.

---¿Sparta?--- llamó Diego al no recibir respuestas. Miró en la misma dirección que el mayor, encontrando a su compañero de equipo de fútbol. ---Ugh, el odioso del reptil.

---¡No es odioso!--- exclamó Sparta , recibiendo una mirada extraña por parte de lili, musi y por supuesto de diego. ---No lo conoces.

---Como sea.--- el menor rodó los ojos antes de dejar libre a Sparta, retirándose rápidamente de ahí.

---¿Qué fue eso?--- Lili preguntó, extrañada por la escena que acababa de ver.

---No lo sé.

~

Hora de salida; las horas se habían pasado muy lentas al parecer de nuestro protagonista. Si era sincero, no quería enfrentarse a Diego, sabía que él se encontraba muy ilusionado y lo que menseñaloos quería era romperle el corazón.

Pero era lo correcto.

---¿Has visto a Diego?--- preguntó el castaño a musi.

---Está entregando su tarea.--- el de cabello castaño con raíces azules respondió, señalando su aula, tras su espalda. ---¿En serio lo harás?

---No quiero ilusionarlo más.--- suspiró, cerrando sus ojos.

---Suerte, ahí viene.--- esbozó una ligera sonrisa comprensiva, dirigiéndose hacia Lili.

Sparta sintió un fuerte nudo en su garganta, quería huir de ese sitio; resguardarse en la oscuridad a llorar.

---Hol-

---Diego.--- interrumpió el mayor, sintiendo las lágrimas ya abordando sus ojos.

---¿Que sucede?--- la expresión del menor se tornó preocupada. Intentó tocar el rostro ajeno, sin embargo, este no lo dejó.

---No puedo.--- fue lo que Sparta dijo. Diego no pareció entender. ---No puedo seguir con esto; mi corazón le pertenece...--- miró a sus lados, buscando distraerse, pero solo encontró a Raptor, mirándolo a lo lejos por el rabillo del ojo. ---Le pertenece a otra persona.

---Pero Sparta.--- el ajeno intentó sonreír, sin embargo, su rostro se deformó en una mueca triste. ---Me gustas mucho, y-y estoy dispuesto a hacer que esto funcione.--- su voz se quebró, haciendo a él mayor sentirse peor.

---Pero yo no.--- suspiró, mirando discretamente a Raptor, quien -por lo que pudo ver-, sonreía. ---No me obligues a hacerlo.

---Dame una oportunidad.--- susurró comenzando a sollozar.

---Lo lamento mucho.--- bajó la mirada, incapaz de poder ver a Diego a los ojos.

Lili llegó en ese momento a romper la burbuja de llanto que se había creado. Sujetó la mano de Sparta entre las suyas, alejandolo del menor.

La lluvia comenzó a caer, mojando la ropa de los tres amigos. No volvió a mirar hacia su recién rechazo, pero aseguraba que estaba llorando.

En cambio, miró hacia donde se encontraba Raptor, sorprendiéndose al verlo tener una sonrisa de autosuficiencia en el rostro.

¿Qué rayos había sido eso?

𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨; ¡𝐌𝐢 𝐂𝐫𝐮𝐬𝐡 𝐌𝐞 𝐎𝐝𝐢𝐚! ❧𝐒𝐩𝐚𝐫𝐭𝐨𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora