Suficiente

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Seguí caminando hasta llegar a la tienda, al llegar ahí ya no quería nada. Ni dulce, ni chocolate, ni cualquier otra cosa; lo único que en verdad quería era volverlo a ver. Así que regresé a casa, con las manos vacías pero llena de ganas de verlo otra vez.

Yo soy una de esas personas a las que no les gusta salir mucho, prefería quedarme en casa. Pero esta vez algo había cambiado, sentía esa necesidad de salir, aunque sea diez veces a la tienda y no comprar nada, aunque sea a dar la vuelta a la cuadra caminando, haría lo que fuera con tal de verlo. Todo era muy extraño, sentía esas ganas de verlo aunque no lo conociera. Mi día cada vez se hacía más y más largo.

Ya era muy tarde para darme cuenta de que quizá pude haber dicho un |Hola!| y así poder escuchar su voz, o al menos haber sonreído. Tantas cosas que pude hacer y bueno al final no hice nada.

Tenía que ponerle un alto a todo esto, mis pensamientos incontrolados, las sonrisas que surgían de la nada con solo recordarlo, las ganas de volverlo a ver.

Habían pasado tres horas desde que lo ví, eran ya las 6:30 p.m, todo parecía ir muy lento.

Recordé que mis mascotas aún estabán si comer, así que decidí darles su comida, cuando me di cuenta que ya no tenían.

-¡La excusa perfecta!- Pensé

Así que decidí ir a la tienda esperando encontrarlo por ahí.

                     •    •    •

Llegué sin haberlo visto, le di de comer a mis perros y fui directamente a mi cuarto. Miré a mi cama y sentí que por un momento ella me miró, como si estuviese hecha para mí. Me acosté, cerré mis ojos y con un nudo en la garganta, no pude contener algunas lágrimas. Las deje caer, rodaron por mis mejías, mi cuello hasta llegar a la almohada.

-Sólo es un chico cualquiera. Realicé

-Existen millones, no dejaré que uno me ponga así.

Dije a mi misma.

Ese día me dormí sin cenar, al fin había dejado de lado todos los pensamientos.

Sin Rumbo♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora