Philia

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Amor que existe entre amigos, amor al prójimo que busca el bien común, y se expresa a través del respeto, solidaridad, cooperación y compañerismo.

゚・*:.。*:゚・♡

Era 19 de junio, el cumpleaños de Dazai Osamu. Cumplía 20 años, hace solo un par de meses que se había unido a la Agencia Armada de Detectives, por lo que nadie en realidad sabía su fecha de cumpleaños, ellos no habían preguntado aún, y él no se los había dicho.

La agencia era un lugar tranquilo en cuanto se trataba de misiones. Eran pocas las veces que usaban armas, usualmente eran trabajos sobre informes, entregar documentos en tal punto, y así.

Hoy era uno de esos escasos días dónde la adrenalina recorría sus venas.estaban agitados, desconcertados, no estaban del todo seguros de cómo poder vecer a tal enemigo, y muchos menos con el compañero que les había tocado.

Dazai y Kunikida.
No se soportaban.
Dazai gustaba de molestar a Kunikida, y éste no tenía mucho más remedio que golpearlo cuando se ponía muy intenso.

Era por eso que nunca los ponían en misiones juntos, pero cabe decir que el resto de detectives estaban en otro tipo de asuntos.

Estaban en mitad de un frondoso bosque oscuro, medio heridos descansando.

-¿Y bien?- palabras entre suspiros secos salían de la boca del más alto, quien estaba apoyado contra un árbol. Su contrario se limitó a mirar curioso- ¿Tienes algún plan? - Dazai no estaba seguro si sus palabras iban en tono burlón, serias o qué.

- uh... No, creo que estoy muy cansado para pensar ahora- no es que no hubiese pasado por ese tipo de situaciones antes, era un ex mafioso después de todo.

Ambos estaban con respiraciones entrecortadas, sus cuerpos no podían más, estaban exhaustos.

Luego de un rato de silencio en el que recobraban sus propios cuerpos, se hablaron nuevamente.

-y... ¿ Tú de qué trabajabas antes?- preguntó rompiendo el silencio, a lo cual Kunikida lo miro extrañado, le sorprendía que Dazai quisiera saber ese tipo de cosas.

-Era maestro suplente de matematicas- contestó al instante- y tú? ¿De qué trabajabas?- no le sorprendería mucho si dijera que nunca había trabajado de nada, para Kunikida, Dazai solo era un mimado suicida.

-no creo que pueda decírtelo, probablemente solo me odiarias más- soltó una sonrisa ante lo dicho, no era muy buena idea revelarle el echo de que había sido parte del enemigo una gran parte de su vida.

-vamos, no creo que sea tan malo, ni que fueras un mafioso, o algo así- río inocente ante tales palabras, que, para él, eran imposibles.

- ... No, claro que no- burlonamente estaba rechazando su pasado, llenándolo de escombros y ocultándolo de todo aquel desconocedor de su persona- no creo que tenga alma para ese tipo de cosas.

Intercambiando palabras, Dazai dejó escapar por accidente unas muy especiales.

-¿Sabes? El 19 de junio es mi cumpleaños- comentó mientras se paraba de su lugar y se estiraba.

-hoy es 19 de junio, ¿Por qué no nos habías dicho nada?-  su mirada y tono denotaban curiosidad.

-Bueno, no soy un apasionado de hacerme más viejo- comentó entre risas, mientras miraba a la nada, recordando escenarios dolorosos relacionados con esa fecha.

-¿A quién no le gustaría festejar su cumpleaños? Aunque, más bien, ¿Por qué no te gusta?- trato de corregirse, no quería sonar molesto, y esa pregunta realmente era interesante para él.

-Esta relacionado con mi viejo trabajo, y amigos. Algún día te lo diré- dijo mientras se posicionaba para volver a la batalla- ¿Vamos?

-oh, seguro

-Kunikida, necesito pedirte algo

-¿Qué sucede, Dazai?

-No se los digas aún, no tengo ganas de fiestas por ahora- no quería sonar grosero, pero el último año se lo había pasado llorando en su cumpleaños, y aún no estaba listo para volver a la normalidad.

Rápidamente luego de eso, volvieron al campo de batalla, sería un día largo.

-Oh, Dazai

-¿Sí?

-Feliz cumpleaños- comentó con una sonrisa, luego de aquella conversación, notó todo su cuerpo y espíritu más decaído, como si fuese un tema sensible.

-Gracias, Kunikida-kun- agradeció con media sonrisa. Quizás era momento de un nuevo comienzo.











No me gustó, perdón.

Los 4 Amores [Dazai Osamu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora