Cap 1 parte 2

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Como su madre, habían optado por elegir su propia muerte. El suicidio no estaba mal visto ni penado. Cada persona era dueña de su propio final en cualquier momento, e incluso en ocasiones era un síntoma de valentía. Kira,sin embargo, no pensaba que su madre hubiese sido valiente. En absoluto. Ser valiente habría supuesto levantarse cada día sola, tras la desaparición de su hombre, y criar a su hija y trabajar y seguir caminando y quizá, con el tiempo, volver a sonreír y enamorarse de nuevo. Eso habría requerido valentía. Odiaba la sensación de soledad que le había rodeado siempre. Y suponía que por eso, incluso ahora, tendía a apoyarse en alguien, como hacía con Lucy. Sencillamente porque no soportaba estar sola.
Nos veremos el caño que viene —le animó Lucy—. Y quizá en el Este.
-Si me cogen —puntualizó Kira.
-Te cogerán.
Los Exploradores eran el segundo estamento sobre el que se sustentaba la Cooperativa. Quienes pasaban las pruebas debían haber demostrado ampliamente no solo sus conocimientos, sino su espíritu de equipo y su capacidad estratégica. Únicamente así se les consideraba preparados para alcanzar los más altos puestos y convertirse, a su vez, en consejeros o en formadores. Si sobrevivían, claro.
La Academia era quien formaba a los exploradores. Y la Academia era el centro educativo más prestigioso de la Gran Coalición. Era el órgano consultivo de la Cooperativa y por eso algunos de sus profesores eran miembros o consejeros de la misma. Sus instalaciones se encontraban en una ubicación secreta que nadie había revelado jamás y todo el mundo hablaba de ellas con cierta reverencia. El mundo era muy seguro, sí, pero un espacio que albergaba a la mayoría de mentes pensantes presentes del planeta —y a algunas de las futuras— no podía permitirse correr riesgos. Todos los años, con apenas una luna de antelación, la Academia daba a conocer la fecha de ingreso al cuerpo de Exploradores. No había requisitos económicos. Cualquier ser humano —varón o mujer— que hubiera pasado las pruebas de acceso tanto de conocimiento como físicas podía incorporarse. Solo era necesario que tuviera ya a su mitad; que para ese momento ya hubiera nacido. La formación en realidad era para ambos, para el ambicioso tándem entre la mente humana y la animal, para una misteriosa y perfecta fusión entre las características de una y otra, algo que nunca parecía fruto del azar, pues, de una manera que los científicos no atinaban a explicar, cada una de las mitades tenía rasgos que complementaban e incluso mejoraban a sus humanos.Cada mitad era como un tótem. Los libros de biología hablaban de que cuando la sociedad ideal logró el pleno equilibrio con la Naturaleza, cuando dejó de esquilmar los recursos, prohibió la deforestación, estableció el veganismo absoluto como forma de alimentación y pudo finalmente alcanzar el control sobre el cambio climático, cuando el hombre dejó de hacer daño a animales y plantas de su entorno, empezaron a surgir esas criaturas que parecían gestarse dentro de cada ser humano y manifestarse cuando alcanzaban su adolescencia. Algunas voces disidentes decían que aquello no era un mecanismo natural ni de fusión con el entorno, sino una implantación artificial generada en oscuros laboratorios. 
El caso es que humanos y mitades eran felices en esa fusión.
-Ten mucho cuidado.
-Lo tendré, no te preocupes.
Se abrazaron en silencio. Grog pestañeó al observarles. Lucy miró a su amiga con un inconfesable pinchazo de pena en el alma, con el secreto convencimiento de que estaban viéndose por última vez.
Se separaron y de forma inconsciente Kira deslizó cuidadosamente su palma sobre la bolsa incubadora. Sentía los latidos precipitados de su mitad acompasándose a los suyos. Vio los ojos tristes de Lucy posados en sus propios ojos y quiso sacudirse su lástima como si fuera una chaqueta vieja que alguien le hubiese echado por los hombros. Aferró la puerta, como para invitarles a salir. Grog iba delante, cabizbajo, como si pudiera sentir las emociones de su humano. Lucy se volvió desde el pasillo. -
Te echaré de menos —admitió.
En los ojos de Kira había un destello peligroso de arrogancia y resolución. No podía permitirse la debilidad. Ni la debilidad ni la compasión.-
-Por poco tiempo... —respondió.
Cerró la puerta antes de que la desconcertada Lucy siguiera haciéndole preguntas. Le pareció sentir su mano en el aire, a punto de llamar otra vez a la puerta, pero no lo hizo. Apoyó la espalda sobre ella y apretó los ojos fuertemente, para retener las lágrimas que amenazaban con escaparse. Se preguntó si su padre o su madre se avergonzarían de él si supieran lo que estaba a punto de hacer... Están muertos, se dijo con frialdad. No me ven, no me oyen, no sienten nada. Punto. Notó un pequeño escalofrío al constatar que había llegado el momento. Había tomado una decisión. Y nada ni nadie, ni vivo ni muerto, conseguiría que se echara para atrás.
   Fin del capítulo 1

THE LEGEND DIRT RAREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora