Después del accidente de Yoongi, Jungkook había cambiado. Pese a que los padres de su mejor amigo le habían dicho una y otra vez que no era su culpa el hecho de que Yoongi estuviera en coma, Jungkook se carcomía la cabeza con que si no hubieran salido aquella noche, Yoongi estaría sano y salvo. Debido a que Yoongi no vivía en el piso, el menor había tenido que irse a otro lugar con otros estudiantes, y a través de rumores se había enterado de que la familia de Yoongi había recogido todas las cosas de su piso y se las habían llevado a su casa en Daegu, a espera de que el mayor despertara del coma para tratarlo en esa misma ciudad. Eso si es que despertaba. No había noche en la que Jungkook durmiera en paz con tal pensamiento en su cabeza.
El menor se había vuelto más distante y distraído, y esto repercutió en sus calificaciones de la universidad. Sus padres no estaban contentos con este cambio repentino, pero no iban a ser tan crueles de exigirle más a su hijo cuando sabían que este pasaba por un momento difícil. La pérdida de un ser cercano no es fácil para nadie, al fin y al cabo.
Ya había pasado un mes desde el incidente y era un día en el que Jungkook no estaba de humor para nada. Pero el Karma quiso que ese día tuviera que adelantar trabajo para un proyecto con sus compañeros. Estos eran conscientes de la situación del menor y se apresuraron a terminar rápido.
— Jungkook, lo que queda podemos terminarlo nosotros, mejor vete a casa, ¿vale?— dijo uno de sus compañeros, mirándolo con preocupación. Jungkook le devolvió la mirada y solo asintió en silencio, sin querer discutir con él. Recogió sus cosas y después de despedirse, salió de la biblioteca para emprender el camino hacia el piso de estudiantes en el que vivía.
Era viernes por la noche, por lo que no le sorprendió que hubiera tanta gente en la calle. Multitudes como esa solo le recordaba aquel incidente. De repente, reconoció un establecimiento en específico. Aquella discoteca a la que habían ido Yoongi y él aquella noche. Se quedó un rato parado en su sitio, mirando la entrada del lugar. Y tal vez era demasiado masoquista al hacerlo, pero Jungkook entró en la discoteca.
El sonido de la música retumbaba en sus oídos y el ritmo animado y constante de la canción que sonaba en ese momento encendía la atmósfera perfectamente para ir a la pista de baile. No obstante, Jungkook atravesó el lugar y se posicionó en un extremo de la barra, junto a la pared de cristal del local que dejaba ver la calle. Dio una vista panorámica del lugar y reparó en la mesa en la que estuvieron sentados la otra vez. Detalles pequeños como ese traían las conversaciones y actos de ese día de vuelta a su memoria.
Suspiró, intentando tragarse las ganas de llorar, y pidió algo para beber. Fue entonces que reparó en un chico que estaba sentado en el siguiente sitio a su lado en la barra. Podía ser algo más mayor que Jungkook e iba vestido de forma muy elegante como para ir a una discoteca un viernes por la noche. Lo que le llamó la atención del chico fue el movimiento nervioso de sus dedos sobre la mesa y la expresión neutra y seria que tenía, como si no fuera consciente de que lágrimas bajaban por sus mejillas. Jungkook se quedó mirando su perfil cabizbajo y observó cómo jugaba con el contenido de su vaso. "Parecía que llevaba llorando un buen rato", fue lo que pensó el menor, dándole un trago a su bebida.
De repente, el chico al que observaba cruzó miradas con él y Jungkook se sobresaltó girándose al frente y bebiendo de su vaso en un intento de disimular su interés. Miró de reojo al chico de nuevo y vio que este lo miraba con curiosidad. Lo vio dudar antes de que arrastrara su silla cerca de la de Jungkook y éste se encogió un poco en su sitio. ¿Iban a empezar una conversación?
— Buenas.— Al parecer sí iba a empezar una conversación.— Te he visto mirándome.— Premio a la obviedad. Jungkook lo miró sin saber qué decir.— ¿También has venido a desahogarte? Te veo muy joven como para tomar esta vía. ¿Cuántos años tienes?
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Dance with me {JHS & JJK}
Fiksi Penggemar«Se sentía mucho mejor cuando era honesto y no tenía que fingir y esconder su corazón. El ambiente se sentía mejor, el baile se sentía mejor.» Fue un encuentro repentino, pero era extraño lo bien que encajaron. - Historia participante del concurso L...