Ardiendo

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Has encendido las llamas

del fuego de mi corazón.

Después te marchaste,

dejándolo arder

en media combustión.


Has apagado las flamas

del miedo a una ilusión,

después llegaron los dramas,

el llanto y la aflicción.


Me he hecho creer

que me vas a querer,

sola me he hecho caer,

ceder y perder;

pensando que, en esta ocasión,

el amor iba a vencer.


Porque quise ser una flor inmarcesible

en el jardín de tu afección,

mas me marchité

causando mi propia defunción.

Efímeras epifaníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora