17/05/2017

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Ayer falté a la universidad, igual que hoy.

Me encerré en mi habitación a llorar, sola...de nuevo.

Tal vez siempre estuve sola.

Lucas llegó con una canasta de frutas y panecillos, me deseó una pronta recuperación.

Me tiré a llorar y lo eché.

Me sentí cómo un mounstro, uno muy cruel,

y entonces pensé que tal vez yo me busqué estar sola.

Sin embargo el me llamó, y yo no tuve que hablar.

Él dijo que todo estaba bien, que no estaba molesto y me dijo que lo importante era mi bienestar, que comiera las frutas que había dejado y durmiera bien, yo le agradecí y colgué.

Oh cariño, ¿por qué soy tan egoísta?

Humo, cigarrillos y un alma rota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora