' ⃟ུ🇦🇷 05. Cita rancia

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Después del show en Palermo, Gorillaz pasó gloriosamente a la fama indie.

Una banda de rock nacional que se transformó en algo normal y cotidiano en los oyentes de la música underground Argentina. A veces los pasaban por la radio.
Y los cuatro integrantes estaban orgullosos de ello, se sentían capaces de volverse mundialmente famosos sin relacionarse con ninguna empresa musical.

2D y Murdoc decidieron festejar ésto teniendo su primer cita. A ambos les gustaba el shopping "El Abasto", así que tomaron el tren Sarmiento hasta allá un sábado a la mañana.

Mientras subían las escaleras, 2D parecía insistir en rozarse con Murdoc lo más posible. Lo miraba con ganas, y el bajista parecía muy concentrado inspeccionando sus propias botas. Aún le daba un poco de vergüenza la idea de tener una cita, y mucho más si era con el cacho de carne azul. Ese pendejito lo ponía nervioso, y esa idea le daba más ansias.

Ya que era bastante temprano, decidieron ver los negocios. Había remeras re truchas que salían como tres lucas, alto choreo, pero Stuart parecía decidido a querer comprarlas igual. Se calzó una de Charly García y se puso a boludear frente al espejo.

—¿Me queda fachera, Muds? —preguntó, moviéndose de un lado a otro.

Niccals, que estaba tirado en un sillón con la alta cara de orto, asintió con la cabeza, monótono. 2D ya le había mostrado como treinta remeras, y tenía las bolas llenas.

—Uhm, creo que la de Callejeros me quedaba mejor, eh... ¿Vos qué decís?

—Uy, satán.  —Murdoc se levantó, harto—. Comprate una y dejá de joder, me estoy re pudriendo. Quiero rajar de este negocio, me duele la cabeza...

2D se quedó un rato más mirando la pila de remeras que tenía al lado y, finalmente, se decidió por una de La Renga. Igual, todo esto fue al pedo, porque cuando fueron a pagar, ninguno de los dos tenía la guita suficiente. Papelón total.

Después de pedirle perdón a Murdoc unas diez veces, 2D propuso ir a comer. Probarse tanta ropa le había abierto el apetito. Y Niccals, aceptando las disculpas, coincidió sonriente. Fueron a buscar el patio de comidas, re contra cagados de hambre.

Se sentaron en el Wendy's y pidieron una hamburguesa de queso cheddar. Lamentablemente, el queso era una cagada. Los dos dijeron que parecía queso normal pintado de naranja, y se rieron enojados. Tampoco les habían dado una buena cantidad de servilletas, así que fue todo un desastre. ¡Dos servilletas al menos, media pila! Ya que no sabían comer, los muy bestias, hicieron un enchastre que ni te cuento.

Los bobos se perdieron buscando el baño para quitarse y lavarse el queso de las manos, parecía boligoma pegada.
Cuando entraron al baño había un chabón meando, medio incómodo fue. Murdoc le ojeó la pija por instinto, y recordó que estaba en una cita con Pot.

Después, para recompensarse, decidieron tomar un helado. El mayor no se dio cuenta de que no era una buena idea hasta que pasó. 
Empezó a sudar un poco, con los mofletes colorados, al ver cómo la lengua de 2D subía y bajaba por el helado. Se quedó tan embobado que el otro tuvo que llamarle la atención:

—Ché, Murdoc... Se te está chorreando todo el helado. —Niccals dio un respingo y empezó a comer antes de que se le mancharan las manos otra vez.

Todo siguió como una juntada normal e inocente, hasta que se dieron el primer beso del día, en las escaleras mecánicas. Stuart había olvidado lo impulsivo que el moreno llegaba a ser algunas veces, así que ese simple y virgo pico pasó a ser un chape re intenso. ¡Aguantá, Murdoc!
De pedo no hubo alguien más en las escaleras, todo se puso muy picante.

Bajaron de las escaleras y Nicclas lo empotró contra la pared, con fuerza. Por la sorpresa, Stuart casi vomitó su Sundae de chocolate. Miró a Murdoc con el ceño fruncido, pero después le devolvió el beso. Ese guacho chapaba muy bien, su lengua le hacía flashear que se encontraba en el mismo paraíso. Re extasiado estaba, ¿vieron?

Se succionaron el alma hasta que una señora los vio, y re indignada y rompe huevos, le avisó al guardia que estaba por ahí. Hubieran ido al baño, pero volverían a perderse.

Murdoc estaba agarrándole de los muslos mientras 2D tenía los brazos por detrás su nuca. Todo en un rincón donde estaban los tachitos de basura, al lado del de reciclaje, el verdecito.
El pobre hombre se acercó decidido, pero tuvo que gritarles para que le prestaran atención. Los dos se pararon en seco.
Tremenda vergüenza, otras personas los vieron hasta después de separarse, habían sido fichados por algunos. Tenían la cabeza gacha, con la calentura queriendo explotar. Debieron controlar sus hormonas del orto, pensaron.

Se tuvieron que fumar el discurso y regaño del guardia, sintiéndose pibes de cuarto grado con el vicedirector quejándose hasta de su existencia. El director era re copado.

Salieron del shopping entre risas que querían ocultar su vergüenza. Bajaron las escaleras de la entrada, Murdoc casi cayó al pisar mal, estaba viéndole el culo a Stuart.

—¿A-a dónde vamos ahora? —preguntó 2D.

—Hmm, ¿querés ir a la plaza?

—¡Dale! —Bajó con más prisa las escaleras y Murdoc se obligó a seguirlo.

Pero el celular le empezó a vibrar en el pantalón y tuvo que atender, bajando el paso. Era Russel según marcaba la pantalla, le pidió a 2D que bajara un cambio y que se acercara. Contestó, y antes lo puso en altavoz porque no entendía nada si no. Pero inmediatamente, un insulto chino fue escupido en su oído. Noodle lo había dejado sordo.

—¡Pelotudos!

—Ho-hola Noodle —dijo en voz baja, recuperándose del grito.

—Oh, ¿es Noodle? ¡Hola! —agregó 2D.

—¡Cierren el orto los dos! —Y vaya que pasó, se cagaron todos—. ¿Por qué chota acaba de llamarme la fiambrera para decirme que los acaba de ver chapando como animales en medio del shopping?

—Decencia, chicos —aportó Russel atrás. Los dos se habían juntado para escribir unas canciones nuevas, pero Noodle no tenía crédito, pésimo el Claro, por suerte, Russ tenía llamadas ilimitadas. Alto capo.

—A ver a ver, no fue en medio del shopping, fue en una esquinita.

—¡Igual, boludo! Debemos cuidar la imagen ahora que somos famosos.

—Bah, tampoco para tanto, bajá un toque.

—¡Me chupa un huevo! Estoy feliz por ustedes pero deberán saber esconder su relación en público para no armar bardo, no nos caguen a todos. ¿Sí? Entiendo que no sea fácil, pero, ¿entienden lo que digo? —Del otro lado, Noodle puso una mueca triste, tampoco le gustaba separar a sus amigos.

Los dos se miraron, con la misma expresión. "Ripeamos", se dijeron.

Funadísimos

༉‧˚ ❝Ché!❞ 2doc/StudocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora