͎' ⃟ུ🇦🇷 04. Chape chape

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Mientras la vecina apenas abría la persiana que hacía más ruido que la concha de tu madre, 2D y Murdoc estaban envueltos en un duro silencio.

Pero Stu se quedó callado porque quiso, el azabache estaba re pancho con todo, comiendo sus galletitas y tomando la chocolatada. Se escuchaba su masticar y tragar.

¿Qué mierda acababa de decirle? El peliazul no captaba ni una, era todo re flashero. Murdoc le dijo que... ¡que le gustaba! Fue tan tranquilo que estaba costándole digerirlo. ¿Fue posta? Imaginó que no, conociendo lo forro que era a veces.

—¿M-me estás jodiendo, no? —Rascó su barbilla, haciéndose el desinteresado.

—¿Te parece joda? Me gustás, tarado, esa es la verdad. —Dio un nuevo mordisco a sus Rumbas y le volvió a invitar al peliazul, se estaban terminando pero el gil las rechazó otra vez.

—N-no, boludo. En serio decime. No es divertido.

—Y menos para mí que pensés que te estoy cargando. Reaccioná, es en serio. —Miró un rato por la ventana y luego a 2D, de verdad que estaba esperando otra clase de reacción, aunque parecía no llegar.

—Pero... —Agarró su camiseta entre sus dedos y la estrujó. Vio directo hacia el piso. Se re contra puso rojo, pero el ángulo no se lo dejaba saber a Murdoc.

Sintió una punzada que atacó toda esa pinta calmada y pancha. Un quejido se dejó escuchar, y su chocolatada fue apartada de sus labios. Se le había caído la confianza. Debía disimular.

—Ah... ¿yo no te gusto? Pensé que sí...—2D abrió bien los ojos. ¡No era cierto!—. ¡Bueno! Dejémoslo así si querés, no quiero amargarme el día. Acordate que hoy tenemos que tocar en Palermo, Noodle me acaba de mandar un audio, y Russel recién me llamó, porque saben que somos un quimbo, já. Re desconfiados...

—Uh, ahm, bueno dale. —Quería decir más pero no supo cómo acomodar las palabras. Prefirió callarse.

Salió como pudo de la cocina, sintiendo el corazón en la garganta. ¡Qué cosas! Exclamaron los dos en silencio, ahogados en dolor como Argentina en la inflación.

...

Todos estaban en el auto, teniendo sus respectivos instrumentos guardados en el cajón de atrás. Russel tenía ese Ford viejísimo que andaba medio como el orto, pero les servía para ir a los shows. No daba protestar porque los bajaba a todos a patadas.
Noodle hablaba con su viejo por el celular, muy rápido y en chino. Parecía competencia de Free Style.

Murdoc y 2D estaban juntos en los asientos de atrás. Re contra pegados el uno con el otro, y por la conversación de la mañana, estaban bastante incómodos. Evitaban mirarse a toda costa.

Cuando llegaron al bar, faltaba una hora para su show. Se sintieron medio boludos por llegar tan temprano, pero les ayudó para acomodar y preparar todas las cosas. Todos estaban nerviosos, era una de sus presentaciones más importantes.

2D se puso en una esquina del lugar porque lo mandaron ahí ya que nomás hacía sombra el bobo. Se abrazó a sí mismo, chasqueando los dientes.

—La puta madre, me cago de frío —dijo, temblando.

Murdoc lo miró de arriba a abajo mientras pasaba cargando con las cosas de Russel. Era hora de hacer un buen acto. Dejó los platillos ahí mismo como todo irresponsable y fue en socorro del peliazul.

Vio que le estaba dando la espalda así que quiso aprovechar. ¡No podía dejar que su relación muera así! ¡Tenía que durar más que Mirtha Legrand!

Se acercó por detrás y lo abrazó intentando darle calor. Era un acto medio puto, sí, pero bueno. Él ya se había hecho puto por 2D. Apoyó la cabeza en su cuello y se acurrucó ahí. Le pintó confianza, pero estaba re cagado de que le metiera una patada en el orto.

El azulito reconoció esos brazos.
Le costó asimilar que Murdoc no estaba haciendo eso en joda. Nunca lo abrazaba. No entendía su intención, pero le devolvió el abrazo dándose la vuelta, aunque no pudo verle la jeta.

¿Tenía algo que ver con la declaración de la mañana? ¿Estaba esperando una respuesta similar, o más romántica? Tenía vergüenza de admitir que le gustaba. Y sí, había sido su mejor amigo y el tarado no podía aceptarlo incluso si sabía lo que Murdoc pensaba de él. Pero quería responderle a su abrazo...

Como todo loco impulsivo, se tiró sobre el bajista de una y lo acostó en la mesa donde ponen los chisitos y la gaseosa. Sólo que estaba vacía todavía, un asco el servicio.

Murdoc, con las intenciones tan inocentes que tenía de sólo aportarle calor al pibe, lo miró re confundido. No esperó eso.

—¿Qué concha hacés? —le preguntó, viendo al  pendejo arriba suyo—. ¿Flasheás confianz--...?

No pudo terminar de insultar porque 2D ya le estaba morfando toda la boca. Alto atrevido resultó ser el pibito. Le devoró todo el hocico al toque.

Murdoc no se negó. Se hizo el vivo y le siguió el juego.

—¡Eeeeepa! —Noodle se acercó de pedo con su guitarra colgando, mirándolos con sorna. Venía a llamarlos para probar el sonido pero los encontró uno arriba del otro, comiéndose la boca—¿Ahora son putos en público? Pensé que los besitos sólo se los daban cuando estaban solos en su casita: El nido de trolos. —Se cagó de risa la china. Russel había inventado el nombre y estaba feliz de poder decírselo a esos dos.

Murdoc quitó a Stu de encima, y miró a la mina re desesperado. Fue hacia ella, re enojado pero con alta vergüenza de existir. Stuart se mofaba desde la mesa, ¡lo logró el hijo de puta!

—¡¿Q-qué?! N-no, este, coso, ehm... ¡Este es nuestro primer beso, tallarines! —exclamó, re caliente porque se le reían en la cara. Apenas pudo pensar en algo para cargar a Noodle.

2D se enderezó y sonrió, como pendejito creído.

—Sí, igual Muds me tiene ganas desde siempre, así que es más o menos lo mismo, ¡jaja!

Murdoc tuvo ganas de matarlo y chapárselo al mismo tiempo.

Es todo tan pete, lo amo

༉‧˚ ❝Ché!❞ 2doc/StudocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora