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Erick

─Creo que deberíamos conocernos mejor, ya sabes, tener citas y esas cosas ─insisto intentando que desista.

─No es gran cosa preciosa, vamos a conocernos mejor en la cama ─dice tomando mi mano y comienza a caminar.

Mis estúpidas piernas lo siguen y me odio por eso, pero vamos... tal vez haya una ventana en el baño y pueda escapar como antes.

Entramos a la recamara luego de que el hablara con unos sujetos, es un lindo cuarto, casi ni parece un putero donde muchas personas han tenido sexo.

Creo que estaba mejor antes de imaginarme eso.

Qué asco.

─Ese es el baño ─señala dirigiéndose a la cama─ ahí hay unos condones así que tráelos linda.

─Claro ─digo guiñando un ojo y entro al baño.

¡Genial! Una ventana, la abro y tiene escaleras de emergencia igual que las del edificio, bien, estoy salvado.

¿Me llevare la caja de condones? Creo que puedo ahorrar un poco.

─¿Vas a un lado, preciosa? ─dice abriendo la puerta.

─¿Yo? No, para nada, es que hace mucho calor y...

Me interrumpe tomándome de mi mano y me jala a su cuerpo besándome ferozmente, lleva su mano a mi cintura evitando que me mueva y camina hasta arrinconarme contra la pared.

─Sé quién eres preciosa, solo estaba jugando contigo ─dice luego de separarse y lleva sus manos debajo del vestido─ mandé a que te buscaran pero no para matarte, quiero follarte.

─¿Qué? Ah ─digo cuando siento que me quita los tirantes y empieza a succionar por mis hombros─ ah, mierda.

─Vamos corazón, no soy tan idiota como crees, hago cosas peores, ¿de verdad crees que me importarían unas fotos siéndole infiel a mi mujer?

─La verdad eso creí ─susurro cuando se quita su camisa dejándome ver su trabajado cuerpo─ y yo que quería cambiar de profesión.

Sonríe de lado y me carga para volver a besarme, su lengua parece querer ahogarme pero en este momento no me importaría.

Me recuesta en la cama y me quita el vestido, creo que lo rompió lo cual es un problema porque no es mío y tendré que pagarlo.

Erick, cállate.

Me carga de nuevo y hace que me siente en sus piernas estando frente a frente, su creciente erección se roza en mi trasero y llevo mis manos a su espalda sintiendo sus músculos.

─¿Te gusta que te toque? ─pregunta llevando sus manos a mi espalda baja.

─Sí, continúa.

Ríe y me levanta un poco solo para bajar sus pantalones dejándose su bóxer.

Se le marca tanto que me sorprende que no lo haya roto ya.

Estamos de pie y vuelve a atacar mis labios que para este punto solo desean probar más, me doy la vuelta y lo empujo para que caiga a la cama.

Escucho su risa y quito la única prenda que le queda, beso sus abdominales yendo cada vez más abajo hasta llegar a su miembro.

Levanto la mirada un poco y veo como me observa lamiendo sus labios, le gusta lo que ve.

No espero otra señal antes de meter su pene por completo hasta que escucho como un gemido sale de sus labios.

─¡Sí! ─grita deteniéndome del cabello y empujando sus caderas un poco más estocando mi garganta.

Siento su sabor invadiendo mi boca hasta que deja de joderme y hace que pare. Mis ojos vuelven a hacer contacto con los suyos, con su cabeza hace una señal para que me recueste a su lado y obedezco.

Hace que gire y me quita mi ropa interior arrojándola al suelo, escucho que lame su dedo y siento como me expande con su dígito.

─Umm, ahh ─gimo intentando calmarme.

Siento que sale su dedo y vuelvo a escuchar un ruido como de un papel rompiéndose, volteo y veo que saca un condón de su empaque comenzando a untar el líquido del preservativo en su dedo.

Vuelve a entrar y siento que resbala mejor aunque sigue siendo placentero.

─¿Hace cuánto no tienes sexo, Erick? ─pregunta sin dejar de mover su dedo.

─Un par de meses, de hecho planeaba hacerlo mañana, tengo una cita, ahh ─gimo cuando entra otro dedo.

─Cancélala ─pide con un gruñido─ me debes la vida muñequito, así que obedece.

─Sí... ah ─Dios, no puedo controlarme.

Siento que se detiene y giro para verlo, me extiende el preservativo y mira su erección dándome a entender que quiere que se la ponga.

Lo llevo desde el glande a la base intentando no parecer tan torpe, una vez ve que lo hice me acomoda en cuatro bruscamente y se coloca detrás de mí, abre más mis piernas y siento como su falo se abre camino por mi entrada.

─¡Ahh!

─Desde ahora, cada que quiera tu culo me lo darás ─dice dando un beso en mi espalda─ no me interesa que le entregues las fotos a mi esposa si a mí me entregas tu cuerpo cada noche, serás mío.

─Sí, ah, sí quiero ─afirmo sintiendo como me penetra con cada vez más intensidad.

─Me alegra que te agrade, porque me gustas demasiado ─informa clavándose más profundo─ no me temas por favor, sí voy muy fuerte dímelo.

─Me gusta ─aseguro luego de otra estocada─ de verdad, esto me gusta.

Puedo que no lo vea pero puedo jurar que está sonriendo y siento que con cada clavada que me da amo más mi trabajo. 

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2020 ⏰

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Joerick: Estrategia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora