Erick
Creo que tengo que cambiar de profesión.
─¡Atrápenlo antes de que se escape! ─gritan tras de mí.
Nunca pensé que tomar fotografías para comprobar que un hombre es infiel fuera tan peligroso.
Creo que debí tomar en cuenta que es narcotraficante pero vamos, el tipo vende drogas ¿Y de verdad lo que le importa es que su mujer se moleste de qué se la esté metiendo a otra mujer? No es tan grave comparado con todo lo demás.
Me trepo a un árbol ocultándome entre sus hojas mientras esos sujetos avanzan por la calle, vaya, y me burlé del chico que estaba obsesionado con la identidad del creador de su dildo favorito.
Debí aprovechar mejor ese trabajo, fue como un descanso para alguien que está acostumbrado a ser perseguido por perros, policías y una señora en bicicleta una vez.
Salgo de mi escondite cuando veo que nadie más pasa y me adentro en un callejón con mi cámara escondida en mi mochila, cielos, más le vale a esa perra darme unos buenos billetes por lo que acabo de hacer.
─Creo que entró a ese lugar, voy a revisar.
Mierda, aquí quedó el legado del espía más bonito de todos.
¡No! Ahora que me acuerdo no puedo morir ahora, el conejito de Chris está en mi apartamento y sino lo alimento usará mi cadáver para hacerlo.
Y me da más miedo enfrentarme a él que a la mafia.
Subo unas escaleras de emergencia siendo lo más silencioso que puedo y me agacho una vez llegué a un espacio seguro.
Estoy totalmente pecho tierra y desde aquí puedo ver al gorila que mandaron para buscarme, insisto, ¿Tanto lío por una infidelidad? Después de esto tendré que mudarme.
Siempre he querido saber cómo es Australia, definitivamente traeré un canguro.
Es lo único que conozco de Australia pero con eso me basta.
─¿Está aquí? ─pregunta otro sujeto entrando al callejón.
─No, revisé los botes de basura y no hay nada.
─¿Qué hay de las escaleras? ─mierda.
─¿Viste sus brazos? No aguantarían ni una caja de cartón, ¿Crees que aguante su peso para treparse ahí?
Mi ego está herido, soy más atlético de lo que esperan pero al menos creo que salvaré mi vida.
─Y además con el cuerpo que tenía, tienes razón, no podría aguantarse.
¿Me llamaron gordo? Sé que son asesinos pero no deberían faltarme al respeto de ese modo, maleducados.
Veo que se alejan y suspiro de alivio, me pongo de pie y camino por las escaleras hasta que veo una ventana abierta y entro esperando que nadie esté en esta habitación.
Tengo que encontrar un arma, la mía cayó en la persecución.
No sé usarla pero tomando en cuenta a lo que me dedico creo que era mejor prevenir que lamentar.
Afortunadamente el cuarto está vacío así que con mucho cuidado busco algo que pueda ayudarme, lo que sea, esos sujetos no se irán de aquí hasta encontrarme y no puedo darme el lujo de ser asesinado.
Tengo un conejito que alimentar y una cita con un amigo lo que me recuerda que ni siquiera he comprado ropa.
Ay no.
Veo por la ventana que los hombres volvieron, creo que saben que estoy por aquí y no tardaran en darse cuenta que estoy más delgado y atlético que lo que sus de seguro dañados ojos son capaces de ver.
Creo que tengo una idea.
Abro los cajones buscando algo de ropa, si me ven con algo diferente no podrán reconocerme porque no vieron mi rostro. Maldita mi suerte.
Es un cuarto de una chica, ¿Cómo no lo vi venir? Ya decía yo que olía demasiado a limpio como para ser de un hombre.
Pero bien dice el dicho, si la vida te da limones agárralos porque ahorita están muy caros, ¿O cómo iba? No lo recuerdo pero sé lo que quiere decir.
Tomo un vestido rojo y unos tacones negros, me quito mi ropa y me pongo la nueva esperando que me quede, siempre he sido bueno con el maquillaje así que esto no será problema.
¿Será mucho abuso tomar su maquillaje? Probablemente muera sino la hago entonces ¿Qué más da? Me acerco al espejo esperando hacer un buen trabajo, ahora solo queda un detalle.
Mi cabello, que hay chicas con cabello corto pero creo que no me sienta bien a mí.
¿Qué diablos pienso?... Obviamente me queda bien, soy Erick, aun así creo que me arriesgaría mucho.
Me doy la vuelta encontrándome con una peluca negra con rizos, supongo que esta chica la usó para una fiesta de disfraces o es calva pero me importa poco, la tomo y me la coloco peinándome porque fugitiva pero divina.
Me veo en el espejo y definitivamente me invitaba un trago, si me gustarán las chicas claro, aunque por mí hacía una excepción.
Una vez termino de verme salgo de la ventana antes de que me enamore de mí, más, volvieron a irse así que aprovecho para salir del callejón.
Camino sintiendo las miradas de algunos chicos y aunque no los culpo porque estoy muy buena sí que es incómodo, debe ser muy difícil ser mujer.
─Oye, tú ─llaman detrás de mí─ ¿Cómo te llamas preciosa?
Me doy la vuelta para mandarlo al diablo pero mi boca no funciona como debería.
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Joerick: Estrategia.
FanfictionErick es un investigador privado que al igual que Mulan tiene una gran mente que lo ayuda a salir de problemas... O meterlo en ellos. Saga final feliz. Libro ll