Sin palabras.

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Debí haberme ido en el momento en que me hiciste sentir menos, en el momento en que mi familia fue una broma para ti y mis raíces un buen chiste.
Debí haberme ido cuando me abusó, debí haber escapado cuando le restó importancia y me dijo que tenía que respetar su casa pero no respetaba la mía.
Debí haberme ido cuando me enteré de que sus papás sabían del abuso y sólo le preguntaron el por qué.
Debí haberme ido antes de que me destruyera, antes de que me hiciera lo que soy, pero en vez de huir, yo me quedé y esperé y espere y espere porque tenía miedo a estar sola, porque lo creí incapaz de lastimarme, porque temía que nadie me quisiera de nuevo.
Y cuando hablé, bueno, cuando hablé solo le restaron importancia y me pidieron que guardara silencio, me pidieron que me calmara pues era probable que yo solo lo extrañara y me sintiera culpable.
Porque, después de todo
¿por que me quedaría en un lugar donde me lastiman?

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