"Cuidaré de ti como tú lo has hecho por mí."
Aquellas palabras fueron todo lo que Hawks necesitaba para saber correspondidos los sentimientos que por tanto tiempo guardó por miedo a ser rechazado por el hombre al que más ha admirado desde hace años. Y el verle descender sobre sí fue algo que superó cualquier ilusión juvenil que haya tenido antes: Enji estaba ahí, abrazándole, besándole con un cuidado exquisito que no tardó en arrancarle un suspiro entrecortado a causa de la emoción y de las lágrimas agolpandose en sus ojos. Había perdido sus alas, pero había ganado en el pelirrojo un amor sincero y profundo, labrado entre ambos sin que lo hubiesen notado sino hasta ese momento en el que sus almas buscaban el confort mutuo.
Los brazos del mayor se sentían protectores a su alrededor, trataban de no tocar su espalda; gesto que le hizo enternecer pues aún si sus cicatrices ya no dolían, el veterano ponía todo de si para no causarle molestias. A cambio, Keigo inclinó la cabeza, sellando del todo sus labios con los ajenos al menos hasta que tuvo la necesidad de recuperar el aliento, separándose con el rostro tan rojo como la cicatriz visible en su amado.
Cuando volvieron a mirarse, había un brillo nuevo en ambos pares de ojos. Enji jamás había besado a otro hombre y duras penas había tocado a su ex mujer, pero Keigo generaba en él una necesidad de cercanía tal, que no dudó en volver a sus labios, siguiendo la intensidad del beso demandado por Hawks, quien buscó aferrarse al cuello del héroe pelirrojo, pasando los dedos por su nuca y consiguiendo que Endeavor emitiera un sonido gutural, gustoso.
Para Keigo, la boca del veterano parecía quemar tanto como sus flamas, le provocaba abrir la propia para invitarle a explorar, que reconociera cada recoveco de ella; el mayor por su parte dejó que el instinto y el sentir por el rubio tomaran las riendas de la situación; eran dos personas buscando el calor del cuerpo del otro. Hawks era honesto en las reacciones de su cuerpo al cerrar distancia contra Enji, sentía la necesidad de su cercanía con una intensidad que le fue imposible de controlar.
Endeavor fue al ritmo que exigió el menor, deteniéndose solo para mirarle fijo y con toda convicción, haciéndole una demanda que el joven héroe escuchó, bien aferrado a su cuello.
- No vuelvas a insinuar siquiera que piensas irte, no voy a permitir que nada te aleje de mí, Keigo. - dijo, sin esperar respuesta de parte ajena. Dejó que fuera el instinto de la mano con sus sentimientos por el muchacho quienes le guiaran de ahí en más.
Keigo pudo sentir como sin previo aviso el suelo le faltó bajo los pies. Por acto reflejo se aferró al pelirrojo, de nueva cuenta buscando un beso fogoso de Endeavor, quien le llevó consigo al interior de su alcoba. Era la primera vez que entraba al lugar mas privado de la casa del mayor, quien con sumo cuidado le depositó sobre el futón, mientras el corazón del rubio latía desaforado al ver como Enji cerraba la puerta y volvió a acercarse a sí. Le miró, llevando su mano a acariciar su mejilla con suavidad.
- Keigo... soy un hombre mayor con hijos casi de tu edad. Esta es... la primera vez que deseo con todo lo que soy, darle felicidad a alguien. Y quiero que seas tú, hacerte feliz y hacerlo bien. Si avanzamos mas allá de este punto, no habrá vuelta atrás.
Lo dicho por el veterano le hizo sonreír.
- ¿Esperas que en algún punto me arrepienta o que huya? ¿En serio te imaginas eso después de todo lo que hemos dicho y después de haberme besado así? - preguntó Keigo, alzando las cejas, no sabía si reír o disgustarse de que el mayor aun pusiera en tela de juicio sus sentimientos. Pero optó por la vía pacífica, pues entendía que todo ello era tan nuevo para el veterano como lo era para el mismo. Sin embargo, Keigo tenía firme su decisión y para demostrarselo, atrapó a Enji por las mejillas y se dejó caer suavemente al futón, mirándole.
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Como lo hiciste tú
RomanceEnji se debate entre aceptar sus sentimientos por su compañero o ser solo su apoyo en esa crisis. ** ALERTA DE SPOILERS DEL MANGA, LEER A DISCRECIÓN**