◇ D O S ◇

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The one that got away - Katy Perry

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El fuerte sol chocó contra mí frente al salir de la preparatoria. El fuerte calor sumado a un montón de adolescentes emocionado por las vacaciones de verano gritando y corriendo solo hace esto para mí un martirio.

En un intento de cubrir mis ojos con la mano para impedir que el sol me cegara, sentí mi cuerpo impactar contra un fuerte pecho y luego sentir mis pies perder el equilibrio, ya me preparaba para sentir el fuerte golpe en mi retaguardia, pero un fuerte agarre en mi cintura impidió que esto sucediese.
Al pestañear un par de veces logro ver a mi “salvador” el cual me miraba con una sonrisa juguetona, baje mi mirada y la pose sobre mis manos que descaradamente estaban sobre el pecho del chico. Sin pensarlo un segundo más recobro el equilibrio y desaparezco la cercanía que había entre el extraño y yo.

— Deberías tener más cuidado –dijo aquel chico de sonrisa maravillosa de forma graciosa

— Fuiste tú el que se cruzó en mi camino –dije apartando mi vista

Observe su rostro y con tan solo unos segundos de verlo logré reconocer aquel bello rostro, era Zack, aquel chico de ultimo año por el que muchas chicas de mi curso babeaban, y no podía negarlo, más de una vez yo hice lo mismo.

— ¿Yo? ¿Quién era la chica que levanto la mano y cubrió su vista por segundos? –bufó

Rodee mis ojos y sin decir nada más pase a su costado golpeando su hombro con el mío y marchándome del escenario.


|《•••》|


— ¡Oye! ¡Idiota! –gritó una voz masculina a lo lejos.

Al querer girarme y ver de quien era termine siendo rodeada por unos brazos algo gruesos y tan solo a centímetros de aquel chico guapo por el cual muchas chicas me tenían envidian. Al estar entre sus brazos el frio del invierno desapareció por un momento y sentía que solo éramos nosotros dos a pesar de ser rodeados por muchos más estudiantes.

— Hola pequeña, ya te extrañaba –dijo Zack apretándome más entre sus brazos

— Bien, aunque estaría mejor si dejaras de sacarme el aire –dije intentando apartar sus brazos de mí

— Esta bien, está bien –se apartó de mí y estiro su brazo hasta mi mochila— ¿Puedo? –preguntó halando de esta

—Lo has hecho desde que volvimos de las vacaciones de verano y gracias a eso mi espalda a dolido menos –dije quitando la mochila de mis hombros y apenas esta se retiró completamente de mí, el chico la llevó a uno de sus hombros

— Bueno, vamos, no quiero que te regañen por llegar tarde

Cada segundo con él para mí era el doble o triple de rápido, algo que odiaba, amaba estar a su lado, pero que cada segundo pasara mucho más rápido, a lo menos en mi mente, era un simple infierno.

Desde que volvimos de las vacaciones de verano empezamos a caminar juntos hasta nuestras casas y hasta ese momento me enteré que él vivía unas cuadras más después de mi casa. Nuestras conversaciones después de la escuela se basaban en que habían sido nuestras clases y cuanto nos extrañábamos durante todo ese tiempo, ya que, Zack está a punto de graduarse y yo soy un año menor que él, por lo que s intuitivo que nuestras clases sean completamente diferentes.

En menos de lo que esperaba ya estábamos frente a mi casa.

— Lamento que tengamos que despedirnos –dijo el chico con un leve puchero y tomando uno de mis brazos para acercarme a él— Nos vemos mañana enana

Sentí sus cálidos labios pegarse contra los míos y por instinto ladee mi cabeza buscando encajar mis labios con los suyos. De nuevo, esa sensación de calor en mi cuerpo volvió a aparecer.
El sentir su tacto en mi espalda un cosquilleo recorrió toda mi espina dorsal y cuando sentí sus labios separarse de los míos, solté una pequeña risilla idiota estando aun cerca de él, tanto como para sentir aún su aliento cálido frente a mi nariz

— Que seas tan pequeña solo me da dolor de espalda

— ¡Oye! –Dije golpeado su pecho suavemente— Mido 1,60

—Sí, y yo 1,80 –dijo tomando mi mentón entre sus manos mientras sonreí de forma picarona

— No es mi culpa que seas tan alto –dije tomando su mano que sostenía mi mentón y mientras me alejaba de él mantenía un fuerte agarre en esta

— Espero mañana podamos vernos, estoy ansioso por plasmar tu belleza en mi lienzo, aunque estoy segura que no sería la mitad de hermoso que tu

Aquello provocó que mis mejillas se calentaran y se tornaran de un tono rojizo, el cual se notaba al contrastarse con mi pálida piel, por lo que, sin decir nada, apoye mi frente en su pecho buscando ocultarlo de su vista, como respuesta, sentí su mano acariciando suavemente mi cabello y escuche una pequeña rodilla de su parte que sólo provocaba que mis mejillas intensificarán el color.

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