Sí, segunda noche consecutiva, y estoy de vuelta en el bar.
Aunquea esta vez, Jeonghan llegó temprano, echó un vistazo a su reloj, viendo que eran solo las cinco y cuarto. Nunca dejaba la oficina tan temprano excepto que tuviera un lugar a donde ir o a alguien a quien hacérselo. Ésta era definitivamente ninguna de las dos. Sin embargo, lo que fuera que sintió en ese primer encuentro lo obligó a volver al bar esa noche. Continuaba dando vueltas en su pervertida cabeza.
Así que, sería bueno no dejar que siga merodeando. Y mejor aún, ir a dar un segundo vistazo.
Metiéndose entre la muchedumbre entretenida de después del trabajo, Jeonghan se aseguró de mantener su cabeza gacha. No quería distracciones ni atención.
Quería sentarse al final de la barra y observar.
Esta noche, Jeonghan solo se había armado con su celular y su billetera. Se aseguró de dejar su maletín en la oficina. No quería preocuparse por lo que tuviera entre sus piernas. Bueno, entre sus tobillos, de cualquier forma.
Miró detrás de la barra pero no vio al hombre de la noche anterior. Hmm, tal vez no trabaja esta noche. Estaba seguro que lo había escuchado decir de jueves a sábados. Sí. Hola acosador.
Tomando asiento en el final de la barra, Jeonghan desabotonó su chaqueta negra y se aflojó la corbata.
Mina, una de las camareras, se acercó con una sonrisa.
—¿Lo de siempre, esta noche? ¿O planeas sacudir un poco las cosas?
Jeonghan estaba a punto de responder, pero antes de que alguna palabra pudiera salir de su boca, escuchó ese suave barítono detrás de él.
—Supongo que quiere un gin-tonic. ¿Por qué desviarse de lo de siempre?
Volviendo su cabeza, Jeonghan vio al barman de la noche anterior. Estaba caminando hacia el pase de la barra vestido con el mismo uniforme negro. No debería haber sorprendido a Jeonghan cuando sintió sus pantalones apretarse en consecuencia, especialmente cuando bajó su vista y notó que el hombre cargaba una chaqueta negra de cuero en una mano, y sosteniendo un casco rojo de motocicleta en la otra. El pene de Jeonghan se sacudió con interés.
El pelo del hombre lucía como si recién se hubiera sacado el casco. Sus mechones castaños estaban por todos lados. Se movió por la apertura de la barra y se volvió a enfrentar a Jeonghan. Cuando el hombre mostró la misma sonrisa relajada que el día anterior, la erección de Jeonghan cambió de interesada a dura-como-una-puta-roca.
Dios, es oficial. La tengo dura por un hombre heterosexual. Eso es aterrador.
—Ese es tu veneno, ¿verdad?
—Correcto —concedió Jeonghan.
Mina le dio rápidamente un guiño a Jeonghan.
Realmente necesito saber su nombre.
—Te dejo con eso entonces —le dijo su compañera de trabajo, caminando lejos a lo largo de la barra hacia un cliente recientemente sentado.
Cuando el hombre frente a él se volvió, tomó un trapo, y lo metió en la cintura de su pantalón, Jeonghan tomó la oportunidad de conseguir una buena y larga mirada a como la tela negra moldeaba su trasero, se aseguró de que su expresión fuera neutral cuando el barman se dio vuelta hacia él.
—Dame un minuto. Tengo que poner mi casco atrás y notificar mi entrada.
Mientras caminaba tranquilamente por el bar, Jeonghan notó que varios clientes lo miraban, y tenía que preguntarse por qué el hombre se salió de su camino para interrumpir a Mina antes incluso de acomodarse.