Papá no regreso a casa- Chirú-LatinHetalia

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—Adiós papi— se despidió el  menor saliendo de la casa.

—¿Todo estará bien Miguel?, ¿No querés que me quede?— pregunto el argentino con la mochila del menor en una mano nervioso, luego seria su turno de hablar con Manuel, pero para ser sinceros le daba más miedo la conversación que ambos tendrían a solas.

—Estaré bien Martín, no te preocupes— respondió con una sonrisa —Cuida de Julio por favor y que duerma temprano— finalizada esta conversación ambos se despidieron. Martín se fue y Miguel entro.

Manuel lo estaba esperando en la sala y podría jurar que escuchaba su corazón latir fuertemente cada vez que se acercaba a esta.

Al llegar a la puerta encontró al pelinegro viendo los cuadros pegados en la paredes, la mayoría de estos eran fotografías de Julio.

—Entonces... ¿Julio Hernandez Prado?— Fue lo que primero que se digno a mencionar, resaltando el apellido de Martín.

—Ve al grano Manuel— reclamo —¿Porque has vuelto?—.

La pregunta había caído directamente como balde de agua fría para el chileno, Pues, si bien la respuesta era obvia, el inicio no fue como se lo imagino.

Desde un principio supo que su reencuentro no seria de los más lindos, habrían discusiones, malentendidos y sobre todo, preguntas que responder. Pero no creyó que esto se le complicaría mucho más cuando llegara.

Para empezar, Se entera que Miguel había cambiado de casa, Arthur sabia perfectamente la dirección y nueva vida de Miguel y nunca se lo dijo, su hijo ya rondaba la escuela primaria, el niño le hablaba de unas "cartas" supuestamente suyas, y para terminarla, se entera que Martín, su primo, aparentemente no solo era el padre legal de su hijo, sino que también era llamado Papá.

—Yo...Intente contactarte hace algún tiempo Miguel— Explico con calma Manuel, quería tener una conversación pacifica y su mal genio podría complicarle ese trabajo —Necesito hablar contigo acerca de—.

—¿acaso no enviabas a tus representantes para eso?, cualquier duda o negocio político se lo arreglaran tus representantes conmigo—

—Miguel, sabes perfectamente que no vengo para eso—

El peruano tenia sentimientos encontrados, una parte de él quería gritarle lo estúpido que era y luego abrazarlo fuertemente, mientras que otra parte solo quería que se fuera, que se alejara de su hijo y se alejara de su vida.

—No me importa lo que tengas que decir fuera del tema de la política.— Respondió mientras daba media vuelta para echarlo de su casa, sin embargo fue detenido por la mano de su ex pareja.

—Miguel, por favor, podrías dejar de comportarte como un niño y dejar que te explique todo—

—¡¿QUE DEMONIOS ES LO QUE QUIERES EXPLICAR MANUEL?!— Miguel regreso su vista al mencionado soltándose de su agarre con fuerza— ¡¿Quieres explicar el porque te desapareciste POR 6 AÑOS?!— Reclamo

—MALDITA SEA MIGUEL, ¿PUEDES CALMARTE UN MOMENTO?— 

—¡¿Como esperas que me calme, cuando tú sola presencia puede arruinar la vida que he llevado con MI hijo hasta ahora?!— 

—Miguel, VENGO A SOLUCIONAR LAS COSAS, CONTIGO Y CON EL NIÑO— La paciencia de Manuel se estaba agotando.

—Ni siquiera te sabes su nombre— menciono al borde del llanto, pero no lo haría, no quería desmoronarse frente de él.

El chileno suspiro sobando el puente de su nariz —Tomemos asiento, ¿De acuerdo?— ambos tomaron asiento en la sala y Miguel espero a que el contrario continuara hablando. —Bien, ahora yo quiero que me expliques, ¿Porque  es que el niño tiene el apellido de Martín si se supone que es mio?— Si bien su plan plan iniciar era arreglar sus problemas de antaño, el enojo y la desesperación de Miguel hacían que perdiera las riendas de su paciencia.