Sálvame

Explicación

(Narra Yato)

Una chica de cabello castaño claro me ayudaba a mantenerme en pie.

- Lo estás haciendo muy bien - Gin, la fisioterapeuta, me estaba ayudando a caminar sin el bastón con ayuda de unas barras - estás recuperando la fuerza de tus piernas.

- ¿Cree que ya me puedan dar de alta? - pregunté dudoso.

- Has avanzado muy bien, yo creo que en este mes te podrás ir a casa - dijo sonriente cuando logré llegar al final de las barras.

- Genial - no pude evitar sonreír, será siendo enero para entonces, y... Podré verla...

Gin me pasó unas muletas y me ayudó a ir a la puerta de salida de la habitación.

- ¿Cómo está? - preguntó mi hermano en cuanto salimos por la puerta.

- Está muy bien - respondió contenta Gin - está recuperando muy rápido masa muscular, así que yo calculo que en este mes podrá ser dado de alta.

- ¿Estás segura? - preguntó dudoso mi hermano - ¿En tan solo una semana?

- No se por qué te sorprendes, tu igual tuviste una recuperación rápida, se ha estado esforzando mucho - me miró dudosa - aunque tal vez aún necesites de las muletas o de un bastón - explico - tal vez solo mientras te acostumbras.

- Entiendo - dijo mi hermano aliviado mientras que yo solo asentí.

- Los veo mañana - dijo Gin sonriente y entro por la misma puerta por la que salimos.

- Vamos - mi hermano camino a mi lado mientras nos dirijamos a mi habitación de hospital.

- ¿Aún no despierta? - pregunté dudoso.

- No - mi hermano dejo ver una expresión de disgusto.

Aún no entiendo muy bien que es lo que pasó, Nagi dijo que había despertado mucho antes que yo y un día mientras jugaba ya no despertó, en ese momento desperté yo, nadie sabe cómo pasó, pero noto que algunos están molestos con ella.

Llegamos a mi habitación, todo estaba tranquilo como siempre.

Me senté en la orilla de la cama y dejé las muletas a un lado, luego me recosté en la cama y mi hermano se sentó en el sillón de al lado, soltó un enorme suspiro.

Se escuchó que alguien tocó la puerta.

- Justo a tiempo - mi hermano se puso de pie y se dirigió a la puerta.

- ¡Papá! ¡Papá! - pude escuchar la voz de dos pequeños niños fuera de la habitación.

- Hermano - lo llamé, quería saber que pasaba.

- Pasen - escuché a mi hermano.

Pude escuchar risas de niños acercándose.

- Papá - una niña apareció en mi vista, de inmediato la reconocí. Tiene ojos grises y cabello largo plateado, viste un hermoso vestido blanco con encajes.

Detrás de ella apareció un niño de pelo color beige corto y ojos negros, en muchos sentidos es la imagen de de la niña versión hombre; viste un pantalón negro con una camisa blanca.

En definitiva ellos son los niños que adoptamos en SAO, se ven un poco más grandes, parecen de 10 años, en SAO debieron conservar la apariencia que tenían al entrar al juego, ya que pensamos que tenían 8 años.

Me incorpore lo más rápido que pude, aunque con un poco de dificultad, me puse de pie y me agaché frente a ellos, para recibirlos con un abrazo, ellos sin dudarlo corrieron hacia mi y me abrazaron con fuerza.

- Haruka, Sora - susurré mientras volvía a tener a nuestros hijos en mis brazos.

- Sabía que te gustaría - dijo mi hermano contemplando la escena.

- Tío Reishi - los niños corrieron hacia él y abrazaron sus piernas.

- ¿Cómo los encontraste? - pregunté sorprendido mientras me ponía de pie.

- Fue gracias a ella - una chica de pelo largo castaño, delgada y de estatura pequeña entro a la habitación.

- Mucho gusto - se inclino frente a mi - soy Sakakibara Sashi - se presentó - la tía de Haruka y Sora.

Solo me incline frente a ella y luego me senté en la orilla de la cama, no aguantaba estar mucho tiempo de pie.

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- Ambos se despertaron buscando a su madre y a su padre, pensé que ellos se referían a los verdaderos, intenté explicarles que ellos ya no estaban y ellos dijeron dos nombres, Yato y Arami - dejo ver una sonrisa en su rostro - ustedes se convirtieron en sus padres en ese mundo y se los agradezco - se puso de pie y volvió a inclinarse hacia mi.

Haruka y Sora corrieron de nuevo hacia mi, ambos de un brinco subieron a la cama. De verdad estaba feliz de volver a verlos.

- No tiene por qué agradecer - me dirigí a su tía - al contrario, yo le tengo que agradecer a ellos - abrace de nuevo a Haruka y Sora, quienes se encontraban sentados uno a cada lado mío - gracias a ustedes supimos lo que era tener una familia en ese mundo - los niños me miraron con una enorme sonrisa.

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(Narra Fushimi)

¿Por qué lo hiciste?

Arami estaba tendida en una cama del hospital donde trabajan sus padres. Nadie sabe que sucedió, por qué no volvió a despertar, nadie quiso intentar desconectarla por miedo a que pasará lo mismo que en SAO.

- ¿Ningún cambio? - Nagi entro a la habitación junto con Osai.

- Nada - respondí en un suspiro.

- Se ve tan tranquila - Osai se acercó a Arami y acaricio su cabello.

- Debe estar a salvó - Nagi se sentó al lado de mi.

- ¿Creen que este en ese árbol? - pregunté dudoso.

- Podría ser - Osai se recargo en la pared frente a nosotros - es extraño - suspiro - Yato no recuerda nada de lo que pasó en ese juego.

- Debe ser un proyecto secreto - dijo Nagi - la empresa lo ha guardado muy bien, no he podido encontrar ninguna evidencia... Esto es mi culpa - Nagi se agachó - yo la cité ese día en la empresa, en uno de sus mensajes dijo que había entrado... Debió haber encontrado algo... ¿Dónde?... Al no ser un trabajador no debió de haber pasado a los siguientes pisos... - Nagi parecía estar hablando solo.

- No fue culpa de nadie - Osai interrumpió los pensamientos de Nagi - ella actuó sola - parecía un poco molesto.

- Tal vez sintió que de esa manera podía hacer más - dije sin pensar.

- Y seguimos en lo mismo... Solo que ahora es ella la que está dormida - note que apretaba sus puños con fuerza.

Cuando encontré a Arami recostada en su cama con el NerveGear en la cabeza al primero que le avisé fue a Nagi, él seguía en la reunión, así que se enteraron los demás en seguida. Todos, a excepción de Reisi, llegaron al departamento en muy poco tiempo.

Era más que obvio que Arami tenía todo planeado, a todos nos llegó un mensaje a la misma hora, incluyendo a sus hermanos, nadie pensó que ella haría eso. Poco después Nagare me llamo, no tuve más opción que informarles de la situación, y después de unas horas, ellos y sus padres ya estaban en el departamento. Nunca olvidaré la cara de terror que pusieron sus padres, su hija estaba a punto de volver a pasar por la misma situación a causa de un juego.