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— Tengo mucho trabajo. — Oh vamos quédate un ratito. — Ojalá pudiera. — Bueno, soy el jefe del instituto y te ordeno que te metas en la cama un rato más conmigo. — Lo que usted ordene señor.
Moví las mantas y me acosté a su lado.
— Cuando quieras repetimos lo de anoche — le susurré en el oído. — Lo haría ahora, pero tienes mucho trabajo que hacer....
Me coloqué a horcajadas en su torso.
— Estas de suerte, mi jefe me ha dado el día libre.
