Capítulo 2

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Le hubiera encantado tener su auto en ese momento así no estarían atravesando tan vergonzosa situación y es que llevaban más de diez minutos esperando por un taxi. Mew le echó un vistazo al chico a su lado que miraba con atención a sus pies, aunque Mew pensaba que más bien tenía la cabeza en otro lugar pues no parecía percatarse que llevaba las agujetas de las zapatillas sueltas. Estaba por decírselo cuándo las deslumbrantes luces del taxi captaron su atención. Esperó a que el chico subiera primero y luego tomó asiento a su lado, le dio la dirección de un reconocido hotel al conductor y se entretuvo con la vista al otro lado de la ventanilla.

Aún se encontraban disfrutando el éxtasis del reciente orgasmo cuándo le propuso al chico ir a otro lugar, él asintió en seguida por lo que no tardaron en arreglarse la ropa y salir de aquel bar-restaurante, sin embargo en ese momento parecía que la emoción había desaparecido. Mew no entendía como de una intensa y espontánea sesión de sexo habían llegado a eso. Le dirigió una mirada al chico que llevaba las manos entrelazadas sobre su regazo y movía constantemente la pierna derecha, parecía como si en cualquier momento saldría corriendo lejos de él. Mew soltó una risita ante ese pensamiento, no es como si lo estuviera secuestrando.

— ¿Qué es tan divertido?

La pregunta no fue lo que le sorprendió, sino ese tono tan casual con el que fue formulada lo que le hizo mirar con atención al chico.

—Me preguntaba si estarías pensando en escapar.

El chico lo miró estrechando los ojos.

— ¿Estás secuestrándome?

Mew sonrió.

—No.

— ¿Entonces a que se debe la pregunta?

—Eso es lo divertido.

El chico sonrió y negó con su cabeza sin dejar de mirarlo.

—Me dirás tu nombre.

— ¿Es una pregunta? -susurró.

—No.

Mew ni siquiera le dedicó un vistazo al conductor, le traía sin cuidado si ponía atención a su conversación o no. El chico vio por la ventanilla un momento antes de girarse.

—Mi nombre es Gulf.

— ¿Sin apellido? -lo molestó.

—Eso depende.

— ¿De qué? -preguntó con curiosidad.

—Me dirás tu nombre.

Mew sonrió, iba a responder cuándo el taxi se detuvo. Pagó y ambos se bajaron. Una vez frente al hotel notó que Gulf se veía sorprendido por la fachada de este.

— ¿Te gusta? -preguntó.

—No está mal -respondió Gulf con una pícara sonrisa.

Mentiría si dijera que le dio un vistazo a la habitación, pues al cerrarse la puerta a su espalda no tardo en sentir esos fuertes brazos alrededor de su cintura. Este aún desconocido hombre parecía tener algo con su cintura, a Gulf realmente no le importaba. Se sentía extrañamente cómodo con esas manos alrededor de su cuerpo. Llegó a pensar que se iban a sentir incómodos, pero la pequeña conversación en el taxi hizo más ligero el ambiente entre ambos.

Mew beso el hombro cubierto con la tela de la chaqueta de Gulf.

—Tienes demasiada ropa.

— ¿Qué harás al respecto?

Mew giró a Gulf y le regalo una traviesa sonrisa. Gulf sintió como cada parte de su cuerpo se estremeció.

Con ligeros movimientos, totalmente opuestos a los apresurados que estaban en el bar-restaurante, Mew deslizó la chaqueta de Gulf por sus hombros dejándola caer al suelo a su espalda. Gulf mantenía el contacto visual con aquellos misteriosos ojos. Mientras que Mew veía con especial atención el cuerpo que se revelaba frente a él con cada prenda que enviaba lejos.

Mr. Ceo SuppasitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora