Capítulo 4: Ahora o nunca

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Desde que me fui de la cafetería, fui a casa para descansar un rato y prepararme para ese rescate. Aún faltaban horas para que suceda, así que durante ese tiempo, puse una alarma para las 19:00 p. m. y me eché una siesta.

...

Horas más tarde sonó la alarma, y en seguida me levanté para prepararme. Mi único objetivo: Salvar, cueste lo que cueste, a esa persona lo antes posible.

- Bien... Es hora de actuar. -dije muy serio.

Salí, y fui directamente al pueblo, para después llegar al bosque en más o menos veinte minutos. Una vez que llegué, comencé a buscar donde podía estar el río. En cosa de minutos, lo encontré pero no sabía el lugar exacto donde transcurrirá el accidente, así que lo único que hice fue esperar en la zona más alejada para llegar al pueblo.

Eran las 19:43 p. m. Faltaba nada para que ocurriera ese hecho. Cada segundo que avanzaba me ponía más y más nervioso por el hecho de no saber el sitio exacto en donde pasará todo. Maldecía a la persona que escribió esa carta por no decirme bien el lugar idóneo, pero supongo que esto era "parte del juego". De pronto, oigo gente hablar a lo lejos. Me asomé a verlos, y vi que había 4 personas charlando sobre sus cosas y uno de ellos se me hacía familiar. Y justamente cuando iba a decir algo, desde el pueblo vi a un individuo con capucha con un caballo cabalgando a toda pastilla rumbo hacia esas personas, como si lo hiciese a propósito. Por suerte tres de ellos se apartaron rápidamente del camino, pero por desgracia, un hombre con sobrero no le dio tiempo a esquivar del todo y terminó siendo golpeado por el caballo y cayéndose al río. Cuando vi todo ese suceso, salí de aquellos arbustos y dije:

- Es ahora o nunca.

Muy seguidamente, me tiré al río para poder salvar a esa persona. Buceé lo más rápido que pude, y vi al pobre hombre inconsciente ahogándose después de ese trompazo con el animal. Conseguí agarrarle y arrastrarlo hasta la orilla del río. Rápidamente las personas que estaban con él antes del accidente, se acercaron a ver cómo está.

Berna: ¡Rápido! ¡Necesito que alguien me ayude a alejarlo de aquí! -dije preocupado.

Ellos me hicieron caso y desplazaron al hombre lo más lejos del río. Salí del agua y me aproximé a atenderlo. Comprobé si podía respirar, pero no lo estaba haciendo, así que empecé a hacer los primeros auxilios. Lo tumbé, puse la cabeza de lado por si en algún momento empezaba a toser y expulsar agua, y comencé a hacerle el masaje cardíaco.

Berna: ¡Vamos joder! Sé que has tragado mucha agua... ¡PERO TIENES QUE VIVIR! ¡¡VAMOS!! -dije furioso pero esperanzador.

En ese momento, sentí de nuevo esa adrenalina de peligro como en los viejos tiempos, mientras tanto esas tres personas estaban mirando nerviosos sin decir una palabra. Estuve unos minutos siguiendo con el masaje cardíaco y parecía no funcionar, pero gracias al cielo, el hombre comenzó a toser muy bruscamente pidiendo querer respirar, expulsando agua con ello. Y cuando vi que al final respiraba, paré y me tiré al suelo muy cansado diciendo:

Berna: ¡Al fin respiras macho! Menos mal...

Hombre 1: ¿Estás bien muchacho? -preguntó uno de ellos.

Berna: Ahhh... Pues la verdad... es que no... Pero estaré bien... -dije.

Descansé unos minutos, mientras que los amigos de la víctima les estaban atendiendo. Cuando me recuperé un poco, me levanté del suelo y les dije que yo me encargaba de él porque soy el doctor de este pueblo, pero ellos por alguna extraña razón, me dijeron que no, que ellos se encargaban porque no se fiaban de mi. Así que se llevaron al hombre sin darme las gracias, ni nada. Y yo confuso por la reacción de esos tres "personajes", me enfurecí y les dije:

- ¡¡¡De nada eh!!! ¡¡Y la próxima vez tened más cuidado, payasos!!

Cabreado, me fui a casa maldiciendo por dentro por lo que ha ocurrido.

- '¡Menudo atajo de desagradecidos! Me dispongo a salvar a su compañero de una muerte segura... ¿¡Y cómo me los agradece!? ¡¡Sin decir las P**** gracias y encima no CONFIANDO EN MÍ para atenderlo en mi consultorio!! ¡Esto es increíble! ¡AAAAHHH!'

...

Mucho más tarde, estaba en casa intentando tranquilizarme, pero no podía, todavía seguía pensando en ello y cada vez que lo hacía me sentía más furioso, pero dije pensando:

- 'Vale... Tranquilo, no lo pienses más, porque sino estarás peor. Respira... y suelta todo lo malo. Además, es tontería, ni caso Bernabé... Ni caso...'

Finalmente, lo conseguí. Con un poco de rabia, pero lo conseguí. Una vez hecho eso, cené lo que tenía en la nevera, más tarde asearme y acostarme en la cama. Y antes de dormir, pensé en todo lo que ha ocurrido en este día: Estar con Nephy y darme ese "regalo", trabajar hasta la tarde, y esperar a salvar a esa persona (quitándome a esos despreciables de mi mente). Dicho todo esto, de nuevo, apareció la Luna saludándome con su brillante luz y me quedé mirándola un buen rato como la última vez y dije:

- ¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es mi propósito en este mundo? Dímelo por favor... Dímelo...

Me quedé callado unos minutos para ver si había alguna señal... Pero nada. No había absolutamente nada, a lo que contesté:

- ¿Con que no tienes nada que decirme esta vez? Ya veo...

De repente, me espabilé dándome unos guantazos en la cara y dije:

- ¡No! ¡No me voy a rendir de esta manera! ¡No así! ¡Algún día saldré de aquí como lo hice anteriormente en los otros mundos! ¡Sea como sea, cueste lo que cueste, daré la vida si hace falta para lograr mi propósito en este mundo! Y empezaré a partir de ahora. Lo prometo...

Después de esa promesa tan repentina, me dispuse a dormir.

- Mañana será otro día...

¡Wow! Esto si que es un final de un capítulo. ¡Qué bárbaro! Jajaja

Bueno, en el siguiente capítulo empezará lo bueno... ¡Así que no te lo pierdas, mi compañero lector!

Bring Back The Love - Teaching Feeling (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora