DOS CHICOS UN TANTO EXTRAÑOS

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Después de el día en la estación me siento observada, tal vez sea mi imaginación pero esta sensación está en todas partes, de cualquier forma no podía darle mucha importancia, ni siquiera tenía pruebas de que lo que sentía era real, en si el echo de que esas cosas extrañas estén en todas partes me hace pensar que estoy comenzando a enloquecer, mientras pensaba me vestí y me fui camino a  la escuela de mientras caminaba me encontré con Alan quien me saludó a pesar de ya no estudiar en mi escuela por haberse graduado ambos seguimos hablando y nuestra relación no a cambiado , pasaron unas semanas desde aquel incidente así que después de platicarlo un rato lo arreglamos con algo de esfuerzo. Al llegar a la escuela nos despedimos y yo me dirigí a mi salón, mientras dibujaba en la hoja trasera de mi cuaderno una bola de papel chocó en mi espalda, era una nota más de supuestas amenazas, la abrí y la leí.
" La próxima vez no va a haber nadie que te salve, así que ten más cuidado y se respetuosa, después de todo eres la chica maldita y no querrás que el rumor se propague en esta escuela "
Por un momento mi sangre quedó helada, la última vez que me llamaron así fue en secundaria, sabía que al conocer a alguna de las personas en esta escuela cabía la posibilidad de que lo ocuparán para molestarme  pero no pensé que me amenazaran con eso, intenté no darle importancia y tire la bola de papel en mi mochila para dejar de pensar en eso.

El día después de eso siguió con normalidad;  al regresar de la escuela la sensación de que me seguían se hizo más fuerte, mientras veía como los árboles se movían por el viento un cartel capturó mi atención, este tenía un número telefónico al que podías llamar si necesitabas un favor por solo 5¥ está situación hizo que mis palabras salieran sin siquiera pensarlo.
-que tipo de persona haría un favor por 5¥ valla necesitado que está- justo al instante una voz masculina me respondió
-haber haber haber yo no soy ningún necesitado, soy un dios y todo el mundo sabe que si quieres que un dios te cumpla un deseo debes darle 5 yenes- mire a mi derecha encontrándome a un chico  de pelo negro y ojos azules, este estaba acompañado de un chico rubio de ojos anaranjados que desafiante le dijo
-claro un dios sin templo y vestido en chandal - el otro chico comenzó a  discutir con el, yo solo los miraba confundida, parecía una escena de tira cómica solo faltaba que uno sacará un martillo gigante de su bolsillo y le pegara justo en la cabeza al otro, el imaginar la escena hizo que comenzará a reírme, ellos pararon su discusión y me miraron algo confundidos.  Después de unos segundos me disculpe

-¿Entonces... Ustedes son?- los miré a los ojos fijamente

- bueno pues yo soy el gran dios yato y el es mi shinki Yukine- sonrió orgulloso mientras hacía una pose un tanto egocéntrica

- nunca había escuchado de un dios llamado así- el pelinegro se tocó el corazón de forma dramática y yukine habló

- no se lo recuerdes que si no hace un berrinche-  esto género otra pelea entre los chicos, pero antes de que avanzara yo interrumpí

- bueno, un gusto mi nombre es ____- sonreí iniciando una conversación evitando la pelea que se aproximaba hace unos instantes, seguí hablando con ellos durante un rato hasta que ví que comenzaba a anochecer, ellos se ofrecieron a llevarme a mi casa pero me negué, al fin y al cabo además de su nombre no tenía idea de quiénes era y no podía confiar en dos extraños.

RECUERDOS DE LOS DIOSES (Yato×reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora