Capitulo 2

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Los días siguientes fueron una montaña de emociones para los dos, Claire le había permitido a León que la cortejara, a lo que el rubio no dudo ni un segundo.

Antes de ir a trabajo, el hombre le llevaba su café y en ocasiones la esperaba afuera del edificio de ella, por su supuesto que para la mujer todo era importante, ya que Claire quería que León fue sumamente detallista, y aunque el, ya tenía el camino ganado a diferencia de los demás pretendientes, La pelirroja no se lo decía, ya que le gustaba la idea de ver un Kennedy tratando de conquistarla.

La próximas semanas estuvieron llenas de salidas a muchos lugares, restaurantes, parques recreativos, y uno que otro antro, Pese a qué la mujer ya sabía las intenciones del hombre, aún no le daba la total libertad.

León ya la había invitado a su departamento, a lo que ella negó ir sutilmente, argumentando que eso no terminaría bien para ambos y que era demasiado pronto, por supuesto ella no lo invitaba aún al suyo.

...

Mientras transcurría más y más el tiempo, llegaron los 3 meses desde que León manifestó lo que sentía, ya con ese tiempo, Claire le permitió que se acercase más a ella.
Si bien dejaba que el la tocará, no de una manera sexual, ahora sus roces eran más normales y sutiles, casi todo los domingos de ese mes, Ambos salían a un sitio diferente y se quedaban ahí por horas y horas.

Su primer beso llegó un día en lago, Era sábado y había un gran pronóstico de lluvia, León le había insistido que le acompañara a pescar, después de varios intentos ella aceptó, sin embargo, sabiendo que el hombre no era muy bueno con la caña, decidieron hace una pequeña apuesta.

La cuál consistía, en qué si León lograba atrapar un pez que sobrepasara los 3 Kg, ella le daría un beso como premio, Una Claire confiada accedió... Después de todo, sabría que ese beso llegaría tarde o temprano, además de que no era una acción que no quería realizar, de hecho se moría por hacerlo, aunque no se lo pondría tan fácil.

Durante horas y horas, el hombre intentó pescar su objetivo, Claire esperaba cómodamente a un lado de él, leyendo un libro, una hielera situada en medio de ambos los separaba, estaba llena... León había pescado 4 peces pero ninguno lo suficientemente grande para alcanzar o siquiera rozar el kilogramo.

—Ríndete León, habrá más oportunidades en el futuro... te lo aseguro.

El rasco su cabeza irritado por estar fracasando en su intento.

—Esto aún no a terminado rojita...

Ella coloco el libro en su regazo, y respondió-Si, pero tengo hambre... No hemos comido nada desde la mañana y ya son las 5:36.

Bajando su vista y sacando un pez de la hielera, se lo entregó en forma sarcástica a la mujer.

—Toma, los aborígenes consumían pescado crudo en rituales hace siglos.

—Estas loco si piensas que comeré eso crudo.

Un gran suspiro acompañado de una gran respiración hizo eco en el rubio—Solo dame media hora,... Y si en ese tiempo no atrapó nada, nos vamos a comer.

Claire lo pensó por unos segundos, al final termino aceptando.

—Bien, pero si en media hora no veo un gran pez, no vamos.

El hombre asintió, y prosiguió con su búsqueda.

Los próximos 15 minutos fueron un calvario para León, literalmente no había ni una señal de algún pez cerca, y más aún empezó a culpar a la caña.

Claire lo miraba de reojo mientras leía su libro, "Veo que no te falta determinación", pensó, mordiendo su labio en el acto.

Cuando León ya se daba por resignado, logro sentir rápidamente como algo jalo la caña, en respuesta se levantó y Claire que hasta ese momento comenzaba a dormirse, se sobresalto por el ruido.

Ya no hablamos másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora