Capítulo 4. "Hay que hacer alianzas para enfrentar a los peores enemigos".

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"Hay que hacer alianzas para enfrentar a los peores enemigos".

Después de su pequeño enfrentamiento y su placentera reconciliación, el desayuno fue fugaz para la familia ese día. Bruno ya se encontraba en la escuela, María José se había citado por última vez con Kim para aceptar la oferta de trabajo y notificar su renuncia en el despacho. Paulina había acordado por mensaje la fecha de reunión para la lectura del nuevo testamento, había evitado hablar de nuevo con Alejo así que le pidió al Licenciado que se lo notificara.

Más tarde, María José aparcó en el estacionamiento de la casa de las flores, desde la boda no había vuelto a pisar la florería y aunque el lugar le pusiera la piel de gallina por Paulina era capaz de enfrentar eso. Atravesó la puerta y se encontró con miles de arreglos florales extravagantes y coloridos, de reojo también pudo divisar algunas cajas, su morena se encontraba detrás del mostrador principal con unos papeles entre sus manos y el ceño fruncido en forma de confusión, la conocía tan bien que apostaría porque su mujer tenía un día difícil.

Paulina estaba entre el estrés y el enojo, podía sentir el dolor en sus pies inflamados, la vista y espalda cansada, lo único que anhelaba en ese momento era llegar a casa con su familia y dormir. Hacerse cargo de el abasto de la florería, el inventario, los eventos próximos, dirigir el cabaret, manejar las cuentas de ambas casas y ahora el chistecito de su madre habían ocupado todo su día, no había parado de trabajar desde que llegó al local, la hora del almuerzo había llegado pasadas las 4:00 p.m así que decidió que era suficiente por hoy; con un profundo suspiro elevó su mirada de los papeles que tenía y se encontró con la presencia de su esposa.

-¡Ay, que bárbara!- Saludó con una sonrisa- ¡Pero que sorpresa!, ¿A qué se debe su visita señora de la Mora?- bromeó mientras le daba un corto beso a María José.

-Pues nada, que he terminado ya el papeleo de la renuncia y decidí llevar a mi hermosa esposa a almorzar. ¿Nos vamos?.

-Claro que sí princesa- asintió la morena- sólo dame 20 minutos para ordenar todo esto, cerrar el local y nos vamos.

-Vale, déjame ayudarte-María José dejó su bolsa en el mostrador mientras se dirigía a la entrada del lugar para voltear el letrero de "abierto" y cambiarlo a "cerrado", tomó ambas puertas y con un poco de esfuerzo las jaló hacia ella para cerrarlas mientras Paulina contaba las cajas, las acomodaba y anotaba su contenido.

-¿Cómo te fue hoy?- María José se había acercado para ayudarle a cargar y acomodar las cajas, su respuesta fue un suspiro.

-Fatal, muy mal. Temprano fui al cabaret para cerciorarme que todo estaba listo para el show de esta noche y me encontré a Mario, me dijo que ya no quiere ser Yuri, que quiere ser Beyoncé y le dije "Mario sé Yuri, si quieres también sé Beyoncé, pero por favor sé Yuri" que no, que él quiere ser Beyoncé. Después vine aquí para ya no discutir y los proveedores confunden mi pedido de Dalias, ¡Hazme tú el favor!, ¿Qué le voy a decir ahora a Dora? el bar mitzvah es ésta semana, y por cierto ya está definido que el próximo miércoles es la reunión con el Licenciado Garito para los trámites de la herencia.- decía Paulina mientras se masajeaba la sien.

-¡Ay, Pau!, yo sé qué hay días en los que no todo sale como lo planeamos, y para Paulina de la Mora que siempre calcula todo debe de ser peor, ¡venga que por lo menos ya terminó el día!- María José había terminado de acomodar las cajas y se acercó a su mujer quien rebuscaba las llaves de la florería detrás del mostrador- Bruno me pidió permiso para quedarse con Moi ésta tarde y accedí, después del almuerzo cuando lleguemos a casa me voy a encargar de consentirte- la abrazó por detrás y comenzó a masajearle el cuello, Paulina inmediatamente dejó de buscar y se complació ante las grandes manos de María José que apretaban sutilmente sus hombros, para la rubia era gratificante saber que ayudaba a la morena y ésta por el alivio que sentía dejaba escapar pequeños gemidos.

Flor de dos aromas - Majolina  (Editada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora