Capítulo 10. "Pobre Paulina, al intentar realizar su sueño..."

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“Pobre Paulina, al intentar realizar su sueño se ha encontrado con su peor pesadilla”.

Paulina se encontraba llegando a la florería más temprano de lo que acostumbraba, había dormido por lo menos cuatro horas la noche anterior y es que el desvelo se le había hecho habitual desde varias noches atrás, su nueva rutina consistía en llegar de la florería para almorzar con su familia (aunque algunas veces María José almorzaba en la oficina y solo se quedaba con la compañía de Bruno), se duchaba e iba al cabaret para despejar su mente además de supervisar el negocio, el tiempo en el que no se encontraba trabajando se la pasaba con un insomnio que traía presente sus pensamientos tormentosos, los mismos pensamientos que la habían regresado a la ansiedad y el estrés del pasado. La última vez que pudo dormir decentemente fue cuando su mujer llegó tarde de la dichosa reunión, la rubia se adentró en las sábanas y la abrazó por la cintura mientras le susurraba cuánto la amaba y cuánto la necesitaba junto a ella, Paulina la escuchaba sin contestar, su voz sonaba temblorosa y evidenciaba que la española había bebido, le complacía pensar que aún estando en un estado inconsciente y vulnerable por el alcohol la rubia tenía claros sus sentimientos hacia ella.

La morena vió llegar a Delia y le sonrió en forma de saludo, ambas se pusieron a trabajar como lo hacían todas las mañanas. Delia hacía el inventario de las cajas de flores que habían recibido ayer por la tarde, mientras tanto, Paulina revisaba y agendaba las citas con posibles clientes en la computadora.

-Buenos días-Elena pronunció entrando al negocio con su hermano menor al lado.

-¡Uy, que milagro!- La morena veía como sus hermanos se acercaban al mostrador en donde ella se encontraba.

-¡Eleni!..¡Mi niño!-Delia se acercó a abrazar a cada uno para después volver al inventario, a pesar de verlos casi todos los días a veces su arduo trabajo en la florería le impedía pasar más tiempo con los hermanos.

-Oye quedó increíble-Julián le echaba un vistazo al lugar que se veía lleno de vida como su madre lo hacía lucir, desde la boda de Paulina ninguno de los integrantes de la familia había vuelto a la florería.

-Pues la verdad sí-Paulina se enorgullecía de todo el esfuerzo que había invertido en el negocio.- Pero bueno, ¿qué hacen aquí?.

-Venimos para hablar del bautizo Paulina.-Explicó la ojiverde.

-Sí Paulina, somos los padrinos no podemos cagarla.-Julián parecía realmente preocupado porque el evento estuviera a la altura de los de la Mora.

-Sí, sí, sí, lo que digan-Paulina devolvió la mirada al monitor de la computadora para seguir con el trabajo, María José le había conseguido unos clientes y con el monto de dinero que necesitaba juntar no podía dejar pasar por alto la oportunidad.

-Es algo serio Paulina-Elena cambiaba su semblante, quería que el bautizo fuera un tema serio para su hermana como sus problemas lo eran para ella.

-Tienen razón-Pronunció mientras le pasaba el catálogo de flores a sus hermanos. Elena tomó el gran libro y comenzó a pasar las páginas mientras la morena los veía curiosa.

-¿Qué te parecen éstos?.-La ojiverde cuestionó mientras señalaba unos tulipanes naranjas.

-No, muy exóticos.-Elena siguió pasando las páginas.

-¿Y qué tal éstos?.-Se detuvo en los delphinium blancos.

-Muy de hueva.-Julián hacia una mueca de desagrado. Elena volvió a pasar las páginas.

-¿Éstos?.-Preguntaba por unos lisianthus color morado.

-No lo creo...-El menor se apresuró a rechazarlos.

Flor de dos aromas - Majolina  (Editada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora