Acababa de mudarme de Omaha a Los Angeles. Estaba en el centro comercial mirando ropa, cuando de lejos ví a un chico alto con el pelo negro y ojos cafés que me resultó muy familiar.
Él me miró y entonces le reconocí. Salí corriendo de la tienda en dirección al baño. Cuando entré abrí el grifo y me lavé la cara. No podia creer que el estuviera aquí.
Supongo que os estareis preguntando porque he reaccionado así. Vereis, hace un par de años estuve saliendo con él, pero tuvimos una fuerte pelea y lo dejamos. No le he vuelto a ver desde entonces, hasta hoy.
De pronto setí unas manos arrededor de mi cintura.
" ¿Qué estas haciendo aquí Jack?" le pregunté.
" Vivo aquí" me contestó sonriendo.
"Me refiero a que estas haciendo en el baño" le refliqué.
Me dí la vuelta para mirarle a los ojos. Le iva a decir que me contestara pero antes de poder hacer nada me puso un dedo en los labios en señal de que me callara. Se acercó a mi para besarme pero me aparté antes de que lo hiciera.
"¡¿Que estas haciendo?!" le grité.
"Sigo enamorado de ti. No has salido de mi cabeza en todo este tiempo.
"Si de verdad me quieres demuestramelo" y tras decir esto salí del baño dejandole solo.
Me fuí a mi apartamento, entré a mi habitación y saqué una caja de debajo de la cama. La caja contenía fotos y cartas de cuando estuve saliendo con Jack. Comencé a llorar al recordar todos aquellos momentos. Él fué mi primer amor. De pronto me llegó un mensaje al móvil:
Paso a las ocho a por tí. Si quieres una prueba de mi amor ahí la tendrás.
atte: Jack
Miré el reloj y ví que eran las siete. Me metí en el baño y me dí una ducha rápida ya que no tenia mucho tiempo. Me sequé el pelo y me lo alisé. Me puse la ropa interior y saqué un vestido que me había comprado hoy. No me maquillé mucho ya que prefiero ir natural (corrector, rimel y babylips con sabor a sandía). Miré el reloj y ví que eran las ocho menos cinco.
Ya no me da tiempo a recoger las fotos pero ya lo haría después. Me puse unos tacones, cogí un bolso y metí mi Iphone dentro. Justo en ese momento llamaron a la puerta.
