Camila
Me gusta un vampiro, a pesar de que mi ser odiaba a todos los seres sobrenaturales existentes en el mundo, mi corazón se agito por un chupasangre. Cuando conocí a Eduardo me sentía protegida, curiosa, creo que lo que más me gusta es su gran corazón, que ironía ¿No? Ellos no tienen corazón, pero es un decir por su gran bondad al ayudar a niños huérfanos y abandonados por sus padres.
Mi nombre es Camila, fui criada en un orfanato desde mis 9 años desde que mi madre falleció, no comprendía por qué ella llegaba todos los días a la casa sudorosa, llena de sangre, golpes y otras cosas. Son pocas cosas las que recuerdo de mi infancia, lo que más recuerdo es cuando la miraba con curiosidad, ella me daba una sonrisa reconfortante y me decía:
"Camila, cuando crezcas harás lo mismo que yo, trabajarás duro para acabar con todos los engendros que viven como si nada, atacan sin corazón a las personas inocentes, espero que nunca te enamores de uno de ellos, como la ingenua de tu madre lo hizo, juro que me arrepiento de haberlo hecho, él me traicionó, dijo que me amaba, pero solo quería vengarse por lo que le hizo mi padre a su familia, ¿Sabes? De lo único que no me arrepiento es de tenerte cariño, eres el producto de mi amor sincero"
Siempre que se repetían esas palabras en mi cabeza sentía que había monstruos en nuestro alrededor y que mi padre era uno de ellos, por eso nunca lo conocí, pero con el tiempo me dí cuenta que se trataban de seres como nosotros con un tipo de don especial, aunque no todos son malos, siempre prevalece la maldad en algunos de ellos.
-Camila, hora de salir – me dice Dinah, es una de las bailarinas de este mugroso lugar, pero también es el lugar que me ha ayudado a sobrevivir desde que cumplí mis 18 años y el dueño del lugar es el hermano de Eduardo.
-Ya estoy lista – le digo levantándome del asiento y colocándome una bata de seda negra para esconder mi atuendo, soy bailarina exótica, es algo que me apasiona, cuando estoy en el escenario bailando, siento que saco todo de mí, todo ese fuego que me consume y me hace nublar mi mente transportándome a un lugar donde estos sola sin nadie a mi alrededor hasta que los aplausos de cada hombre o mujer sobrenatural me hacen volver a la realidad.
Salgo de lo que es mi camerino y sigo a Dinah hasta el escenario, antes de que el presentador diga sus palabras alguien me toma del hombro y me voltea bruscamente.
-¿Qué quieres? – le digo con rabia al ver sus ojos azules que siempre me miran con odio.
-Hoy viene Eduardo y te quiero a distancia de él – me rio sarcástica.
-Como digas, sabes que solo somos amigos y le hablo solo por agradecimiento a que me ayudara a conseguir este trabajo – le miento tratando de controlar mi ira por esa estúpida chupasangre.
-Calma tu ira, no te ira bien, además hoy es tu día de estreno, Sam ya tiene preparada tu noche – se burla, se da la vuelta y se detiene antes de dejarme sola con un nudo en la garganta y la rabia haciéndome hervir la sangre – Ah, espero que lo disfrutes perra – se ríe a carcajadas siguiendo su camino.
-No le prestes atención, esta envidiosa y celosa porque Eduardo te cuida, también porque sabe que tienes sentimientos por él – respiro hondo para dar la vuelta.
-No te preocupes, algún día me iré de este lugar y los dejaré en paz – digo tratando de convencerme a mi misma de que eso pasará, quisiera irme de este lugar, no quiero perder la virginidad con una persona a la cual no amo, ni deseo.
-Es hora – asiento y camino hacia el escenario.
Las luces bajan quedando tenues y comienza a sonar una canción suave, pero sé que solo es el principio, mientras me muevo de forma sensual, desato mi bata deslizándola por mi cuerpo hasta quedar en el suelo, solo estoy vestida con un conjunto de lencería rojo y negro muy sensual, de ellos cuelgan pequeñas cadenitas que acarician mi cuerpo, cierro los ojos cuando la música empieza a sonar más rápida y con un ritmo intenso, acaricio mi cuerpo y me siento estremecer, es tan extraño, nunca me había sucedido, levanto mis manos y muevo mis caderas de forma sensual, me recuesto en el suelo arqueando mi espalda, abro mis ojos y me sorprendió ver unos ojos verdes mirándome con intensidad y con la mandíbula tensa, pero en sus ojos veo deseo y odio.
Me levanto sin dejar de mirarla y hago lo que nunca he hecho, le sonrío y bajo del escenario sin detener mis pasos sensuales, acaricio mis senos sobre la tela, la miro con lujuria y ella me sonríe con picardía lo cual me estremece, cuando estoy cerca, le doy la espalda y muevo mis caderas y escucho un gruñido que hace ampliar mi sonrisa, me volteo y pongo mis manos en sus hombros sintiendo como se tensa, me acerco hasta quedar cerca de su rostro casi rosando nuestros labios, puedo sentir un olor exquisito que nubla los sentidos, es menta, cereza y madera, su respiración es irregular y me encanta que este afectada por mi cercanía, bajo mis manos hasta las suyas y las coloco en mis caderas sin dejar de moverme, se coloca de pie y comienza a bailar conmigo, pero me sorprendo al sentir recorrer un deseo cuando roza mi piel, siento un calor recorrer mi interior, nos movemos como si hiciéramos el amor.
-Hola preciosa – dice con voz ronca y mi piel se eriza, es la voz más sexy del mundo que he escuchado.
-Hola desconocida – se ríe y es la risa mas encantadora que mis oídos puedan escuchar, hace que mi corazón se acelere tan rápido y me quedo estática sintiendo mis piernas tan débiles, escucho un carraspeo y me fijo de que es Sam y no es todo, a su lado se encuentra Eduardo y siento como mis mejillas arden.
-Camila, ve a tu camerino, luego hablamos – me dice enfadado Eduardo y trato de caminar, pero la mujer sexy junto a mí toma fuertemente mi cintura.
-Nos vemos luego preciosa – me da un beso en la mejilla dejando ese lugar con un calor agradable, veo como Eduardo asoma sus colmillos enfadado y yo suspiro, camino hacia el escenario dejándolos solos, tomo mi bata, me la coloco y voy directo a mi camerino, antes de entrar sale mi peor pesadilla.
-Veo que conociste a quien se encargará de destruir tu hermosa cara – dice con una cara de suficiencia.
-Ahora, ¿Qué quieres? – digo de mala gana.
-Ella es quien se va a encargar de estrenarte esta noche y le gusta golpear a las mujeres con quien esta y follarlas hasta que esta no pueda caminar, odia a todas las mujeres de este lugar, gracias a Dios no me ha tomado en cuenta para complacerlo – dice con aire de diva.
-Claro que no, porque eres el alma gemela de Eduardo y antes de que te acuestes con otros hombres él te mata – interviene Dinah y la miro agradecida.
-No te metas Dinah, no es tu asunto – se va hecha una furia.
-Sabes que Eliza odia todo lo que tenga que ver conmigo, así que se que ella convenció a Sam de que me convirtiera en una de sus perras – ella gruñe y yo me rio – no te estoy ofendiendo, sabes a lo que me refiero – asiente algo molesta.
-Se que la mujer que escogió para ti se llama Lauren Jauregui, es una chica intersexual, por lo que tengo entendido es una mujer lobo y no le gusta estar con ninguna mujer, las que han tratado de tocarla las ha golpeado, solo viene para que ellas le bailen y se masturba viéndolas pero jamás se ha follado a ninguna – eso me alivia un poco, ni siquiera rozarla para no salir herida.
-Gracias Dinah, eres la única amiga que tengo en este lugar – entramos a mi camerino y me cambio, me coloco una ropa interior blanca de lencería, un vestido blanco anudado con mis hombros y una diadema de rosa blanca recogiendo un lado de mi cabello, lo demás lo dejo suelto.
-Quédate descalza – escucho una vos masculina detrás de mí, volteo y veo a Sam con su cara seria e inmutable, me odia, lo sé, no sé porque pero desde que Eduardo me trajo a este lugar el me mira como una despreciable mujer – tienes que complacer a mi invitada, necesito que seas educada y cariñosa con ella, ya la has visto así que, no te costará nada, ve a la habitación #55 es la que reserve para los trabajos de hoy – me dice con autoridad y antes de dar la vuelta me muestra sus colmillos haciéndome tragar saliva con fuerza, me ve afectada y sonríe de medio lado largándose rápidamente seguido por Dinah.
Respiro cuando quedo sola, me miro en el espejo y luego salgo del camerino, camino nerviosa mis manos sudan, espero que no suceda nada malo, llego a la habitación #55 y respiro hondo antes de entrar, entro rápido y cierro la puerta detrás de mí, cierro los ojos y resoplo tratando de controlarme.
-¿Por qué tan nerviosa preciosa? – esa voz me hace sobresaltar y voltear instantáneamente, cuando la veo quedo flechada con esa sonrisa tan sexy.
-Tu...
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Mi sensual compañera (Adaptación Camren Gip)
Lobisomem¿El amor y el odio? Dicen que siempre están a un paso uno del otro, pero ¿Quién es el que gana? Mi madre cometió el error de enamorarse del hombre equivocado, la traicionó. Ella era la luz de mis ojos, a veces no entendía lo que me decía y mucho m...