Como decirle que no sé si estoy preparada para verle y que me altera saber que viene
Hacía dos años y tres meses que estaba de novia, pero nunca habíamos podido romper las pantallas que nos separaban, en una semana por fin algo cambiaria. Aunque por dentro algo me removía y no sabía ponerle palabras a lo que era.
Ese día me levanté con un movimiento exageradamente veloz y rítmico que sorprendió a cualquiera que me veía y me conocía, aunque respondí monosilábicamente a los más cercanos, a los demás les decía que no podía hablar en ese momento y seguía adelante.
Ese día arreglé una habitación y media hasta qué la abuela me hizo salir a comprar para que parase de hacer cosas por la casa. En cinco días nos vamos cinco días y quiero que todo quede listo o medio listo para cuando volvamos y él venga.
Lo avisé y me dijo de hablar en videollamada cuando volviera a casa y le dije que sí de una pensando en las ganas de verle, pero también preguntándome que querría decirme.
Fuimos hablando y mandándonos stickers a ratos, pero mi corazón se aceleraba a cada ratito que él volvía a ser parte del día y cuando "la cita" que tendríamos en un rato salía en nuestra conversación. Miré a la abuela a ver si se daba prisa, pero mientras mis piernas se cansaban de estar de pie, ella seguía admirando estanterías repletas de comida y golosería. Le pregunté que quedaba y como no me escuchó, me salí al escalón.
A la vuelta a casa, me subí rápidamente a mi templo y le dije que empezáramos, ya que me moría de nervios y me video-llamó al acto de leer el mensaje.
— Hola amor.
— Hola.
— Ay, qué seriedad... — me miró con cautela y yo hice una mueca medio extraña.
— >> ¿Qué pasa? Hay algo y no me lo puedes esconder, dímelo anda— me lo quedé mirando hasta que me armé de valor y el nudo del pecho empezó a desatarse.
— Nada— le sonreí o eso intenté.
— Nami...
— Está bien— suspiré alargando la e.
— >> Siento que no sé si estoy preparada para que vengas y que me pone muy exaltada saber que vendrás, no es negativo y por supuesto quiero verte y que vengas, es solo que siento tanto que no sé explicarlo en palabras y solo queda una semana...
Él asimiló mis palabras y sonriente asintió y me ayudó a planeánoslo de una manera que no se me hiciera bola y cometiéramos locuras de las malas, luego seguimos a nuestro rollo intentando despejar mi mente y lo medio conseguimos. Tuvimos que colgar porque iba a cenar, pero al final esa noche, queriéndolo o sin querer, tuve que desahogarme.
Esa noche soñé con todo lo malo que tuvimos el año pasado y que nos dejó una brecha en la relación que nos costó sanar.
477 palabras.