Capítulo 1

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Tomo mi chamarra de cuero para salir de mi oficina, me la pongo y cierro la puerta con llave una vez que estoy fuera de ella

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Tomo mi chamarra de cuero para salir de mi oficina, me la pongo y cierro la puerta con llave una vez que estoy fuera de ella. Camino por los pasillos haciendo sonar mis tacones altos.

—Nos vemos mañana —sonrío y me despido de Dylan.
Un psiquiatra que se hace cargo en el turno vespertino. Es un chico muy apuesto, generoso y responsable; es alto de cabello negro, piel clara y unos labios gruesos aparte de tentadores, su cuerpo está muy bien trabajado, varias horas de gimnasio habrán hecho lo que es ahora, tiene los ojos de color verde que cada vez que los veo me reflejan vida, lo cual me recuerda que nunca he disfrutado de ella, aún no he encontrado el motivo del por qué o a qué venimos al mundo.
El recuerdo de una chica en preparatoria viene a mí, es una Kate de algunos 16 años en clase de Ciencias Sociales.

—¿Qué respuesta pondrán en esa pregunta? —cuestiona con curiosidad un amigo de esa época a mi lado, el cual se llama Cristhian.

Una sonrisa sale inesperadamente al recordar que en ese tiempo el quería tener una relación conmigo, ¿que habrá sido de él?
Siempre se esmeró en conquistarme, pero jamás pude sentirme atraída hacia él, al corazón no se le manda.

—¿Qué hay después de la muerte? —interviene Emiliano, otro amigo de nuestro grupito, provocando que todos volteen a verlo —esa es la pregunta que pondré ahí, siempre me ha dado curiosidad.

—Es cierto —comenta Cristhian —a mi también me ha dado curiosidad eso siempre.

—La verdad yo no sé ni que onda —interviene Kenia, otra amiga. Con quien últimamente he perdido contacto.

—Creo que yo... —sonrío tímida, me da miedo el expresarlo, no quiero que piensen que estoy muy perdida o que no sé lo que hago con mi vida. Aunque la verdad es que no. —A mi no me da curiosidad saber que hay después de la muerte, no por ahora. Porque aún no se a que venimos a la vida. ¿Cuál es nuestro propósito en especifíco? Total, moriremos, ¿cuál es el objetivo?

—No, yo sigo con la pregunta sobre que hay después de la muerte, esa pondré. —opina Cristhian.

—Agh, pero si no te lo dije para que me copiaras y pusieras lo mismo que yo, fue mi opinión.

—Hay, perdón —sonríe.

—Yo también pondré lo que dijo Emiliano —declara Kenia.

—Ok —contesto cortante.

El maestro comienza a decir que leamos el test que nos había pedido rellenar en voz alta. Y claro, como debía de esperarse; solo una cabeza pensó en el salón, porque la mayoría puso la misma pregunta "¿qué hay después de la muerte?" Cuando fue mi turno leí mi pregunta en un tono un poco bajo para que la alcanzara a escuchar solo el maestro, tenía pena, mucha en realidad, no quería ni imaginar lo que mis compañeros dirían, pero si me daba curiosidad la opinión del maestro.

—Muy bien chicos —dijo una vez que todos habían pasado —eso es lo que los filósofos hacen, tratan de explicar el por qué de las cosas. Y la pregunta que me llamo la atención fue la de su compañera Kate, ¿A qué venimos al mundo? —repitió e hizo un gesto como si estuviera pensando —a ser felices —terminó por decir dando la respuesta a mi cuestionamiento.

Agh, se lo dije en voz baja para que los demás no la escucharán y terminó por gritar mi respuesta, para acabarla recalcando mi nombre, gracias maestro.

-—¿Y cómo somos felices? —digo de inmediato y sin pensar su respuesta no saciaba a mi pregunta, necesitaba más y al parecer, parecía muy urgida en saberlo, pero tal vez era así, quería encontrar el sentido de mi vida.

Ignoró mi pregunta y pasó al siguiente tema, que jodido idiota pensé en ese momento.

Siempre fue esa mi pregunta y ha pesar de que pasaron los años, nunca encontré respuesta.
El propósito de mi mamá siempre fue una carrera, tener algo con que pueda tener estabilidad económica. Pero no creo que ese sea el objetivo de la vida, no todos tienen una profesión.

Al estar en el patio del psiquiátrico me siento en uno de los bancos, contemplo por un momento los grandes y frondosos árboles segundos después admiro todo el psiquiátrico por completo.
Cuando me ofrecieron el trabajo aquí, creí que había encontrado esa felicidad y el sentido de mi vida, me sentía tan orgullosa;  me gradue de la universidad con buenas notas y acababa de terminar la especialidad. Me habían ofrecido un buen empleo en uno de los más prestigiosos psiquiátricos del país. Estudiar psiquiatría siempre fué mi anhelo, la ame tanto desde el primer momento que descubrí la especialidad. Desde primer grado de preparatoria comencé a adentrarme en todo ese hermoso mundo, sin embargo después de unos meses comprendí que no era felicidad, al menos no una que me complementara, aún no la encontraba y ya me había cansado de buscar, me levanto para después cruzar las puertas hechas de acero que tiene el psiquiátrico.

Subo a mi auto y me dirijo a mi casa, es viernes por lo que probablemente salga de fiesta hoy. Tomo mi teléfono y mando un mensaje al grupo que tengo con algunos amigos que les gusta la rumba.

¿Plan para hoy?

Después de eso comienzo a conducir directo a mi casa, durante el trayecto a mi destino veo a muchas personas sonriendo sobre las avenidas que recorro, ¿cuantas sonrisas fingidas no habrá ahí?

Al entrar a mi casa veo a mi mamá arreglando la mesa, tiene 47 años, pero ha pesar de eso se ve muy joven. Tiene una buena figura, probablemente gracias a la dieta que siempre sigue y a algunos ejercicios que realiza por las mañanas. Su cabello es negro y muy lacio, tanto que hasta parece que se lo plancha cada mañana, el mío es identico al suyo. Sus ojos son de color café oscuro.

—Te estábamos esperando para comer —sonríe.

—Gracias —sonrió y le doy un beso en la mejilla.

Mi mamá siempre recalcó que no sabría el que haría con tanto orgullo cuando terminará una carrera y eso me emocionaba, el saber que en algún momento se sentiría orgullosa de mí y cuando lo logré sentí como si me quitará un peso de encima. Había logrado ese objetivo, había logrado muchos. Tengo una familia hermosa, tres hermanas menores y dos papás que me dan mucho amor, un buen trabajo y la carrera que siempre amé. Pero no he logrado el objetivo que siempre me atormentó desde aquella clase: ser feliz.

¿Debería darme por vencida?

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Nota de la autora:

Hola preciosoooos, por fin me doy el tiempo de subir el primer capítulo, han sido meses muy difíciles...
En fin, espero que les guste.
Siempre me ha encantado escribir romance, amo todo lo que tiene que ver con ese género. Pero hace pocos meses se me vino esta historia a la cabeza y la verdad es que me dio mucha emoción el querer escribirla. Espero la disfruten.

 Espero la disfruten

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Huyendo de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora