-Podría decirme de una vez ¿qué es lo que tengo, Madam?
-Usted esta embarazado, señor Riddle.
-¡¿QUE ESTOY QUE?!
°Historia totalmente mía.
°No se aceptan copias ni adaptaciones sin mi previo consentimiento.
A pesar de que estamos en cuarentena mi musa agarro sus maletas y se fue de viaje, y a mí me dejo abandonada. Pero regresó y en compensación por hacerlos esperar tanto tiempo les traigo un cap. algo largo.
2078 palabras.
*Aclarare algo que se me olvido incluir en las advertencias
-James y los demás chicos tienen 17 años y Tommy tiene 25.
-Remarco el OoC/Fuera del personaje.
-Lo que este en ' ' esta en pársel.
Disfruten de la lectura.
~
A los pies de un gran árbol cerca del Lago Negro, se encontraban Lucius y Remus, este último mantenía apoyada su cabeza en las piernas del rubio, mientras el ojiplata estaba leyendo un libro de pociones y acariciaba distraídamente los cabellos de su pareja.
-Frank nos pidió que nos reuniéramos todos mañana, dijo que tiene algo importante que decirnos –dijo Remus de pronto.
-¿Todos? ¿Incluso las chicas? –preguntó el rubio.
-Sí, todos. –Confirmó.- ¿Crees... -dudó- que debamos decirles de una vez lo del compromiso? –cuestionó mirando la alianza que adornaba su dedo.
-Sí, creo que ya es momento.
-Y ¿sobre...? –no termino, el rubio sabía que era lo que preguntaba.
-Sobre eso... está bien, digámosle también. –aceptó.
El castaño solo sonrió acurrucándose más en la comodidad que le brindaban los muslos de su novio.
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Las habitaciones de Tom estaban custodiadas por un retrato de Salazar, siendo el castaño el heredero tenía una de las mejores habitaciones de las mazmorras, en realidad, una de las mejores del castillo. Contaba con tres habitaciones cada una con baño incluido, una biblioteca privada, una cocina con comedor, y una acogedora sala con chimenea.
Cuando entraron lo primero que vieron fue a Nagini en una esquina de la sala devorando un indefenso ratón.
-Ve a tomar una ducha y duerme un rato –sugirió James al castaño.
-Tenemos –bostezó.- que hablar.
-Sé muy bien que debemos hablar pero llevas pidiendo una siesta desde que salimos de la enfermería –explicó.- así que ve a tomar una ducha y duerme un rato.-repitió, indicándole que se dirigiera al baño.
El ojiverde gruño y se fue a hacer lo que le habían dicho. El moreno solo dio una risilla y se fue a sentar en uno de los sofás de la sala, vio que Nagini ya se había comido su aperitivo y se dirigía hacia él, trepo por su pierna hasta su regazo y pregunto:
