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Cuando desperté esa mañana él todavía seguía a mi lado, en la cama.

Su piel brillaba con la luz del sol, tan idéntico a un ángel.

Sonreí. Entonces acaricié su rostro y me percaté de lo helado que estaba.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y desesperado, comencé a gritarle que despertara.

Él no volvió a despertar jamás.

No quise aceptar que él me amara, ni que yo lo amara, porque sabía que algún día dolería nuestra despedida.

Nunca imaginé que ésta fuera tan rápido.

Quería que fuéramos infinitos, tal vez fallé en algo.

Tal vez debí decirle que también lo amaba.

| The Only Exception | [Nomin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora