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¿Qué hubiera pasado si...? [ XiaoMin ]

Aquel 17 de mayo, casi pasadas las 17hs de la tarde, Jaemin se encontraba en el cuarto que compartían con el mayor ordenando sus últimas pertenencias, aquellas que yacían dentro de su bolso para... ¿Irse? ¿En verdad estaba pasando aquello? No se lo creía, tampoco quería hacerlo, pero todo era más que cierto y tenía que caer de una vez por todas en la cruda realidad. Allí estaba en la habitación guardando cada una de sus cosas para dejar aquella casa en la que había vivido junto a XiaoJun. Cada vez que lo pensaba una horrible sensación invadía su pecho; tantos recuerdos venían a su mente, tantas promesas, tantas hermosas palabras dichas y ahora todo lo estaba perdiendo. Ya lo había perdido.

De pronto, se vio con sus ojos repletos de lágrimas que amenazaban con salir sin remordimiento alguno. Levantó su cabeza echándola hacia atrás y respiró profundamente, exhalando el aire lentamente para tratar de calmar aquella sensación que sentía en su interior. Cerró la maleta junto con el cierre, apoyó ambas de sus manos sobre la misma y la miró, en su rostro no había nada, ni siquiera una expresión alguna, pero en sus ojos podía notarse que algo realmente no andaba bien; con el dorso de la manga de su campera limpió rastro alguno de sus lágrimas y suspiró. Tomó su mochila, la colocó sobre sus hombros y, ejerciendo un poco de fuerza, con una de sus manos movió la valija hasta bajarla de la cama y tomarla firmemente.
¿De verdad iba a terminar todo así? Sin decir nada, sin siquiera darle chances de despedirse… Pero Jaemin había querido y ya había esperado, tanto él como su dignidad, demasiado; XiaoJun no había venido y no iba a venir. Por más que quisiera darle motivos a todo para quedarse, él se había encargado de terminar de romper lo poco que quedaba de los dos. Era demasiado obvio todo, aunque doliera.

En silencio salió de la habitación y se encontró con bella, su mascota, esa que su novio le había regalado la primera navidad que pasaron juntos. Esa que desde ese momento se convertía en la primera y la última.

–bella… ¿Vamos?– Casi preguntó al animal mientras extendía su mano libre hacia ella y acariciaba su suave pelaje. Ésta ladró y lamió sus dedos en forma de afecto, expresándole así tal vez sus deseos por acompañarlo. Por eso, habiéndole Jaemin puesto su correa de paseo, con ella al lado caminó por última vez por la casa que un día se atrevió a llamar hogar y se despidió; se despidió de la nada misma, de los recuerdos, de los profundos sentimientos que, por más que quisiera dejarlos, se iban con él de por vida. “¿Por qué?” Preguntó con su voz algo quebrada, mirando todo con nostalgia al obviamente no recibir respuesta. ¿Por qué dolía tanto terminar con todo y dejarlo? No entendía qué los había llevado hasta esa situación, siempre había dado todo por él y hasta el día de hoy lo seguía haciendo, pero al parecer nada de eso era suficiente ahora. No tenía el valor de dejarlo, no quería y no podía, pero seguir allí después de todo era inútil y doloroso. No era su casa y quien la habitaba ya no era suyo. No tenía que estar ahí.

Parado frente a la puerta de entrada, bajó su vista y por unos momentos se detuvo a mirar aquel anillo que había marcado un antes y un después en su vida: su anillo de compromiso. La felicidad que sintió aquel 21 de marzo fue tan grande que, recordando en ese instante todo, una amplia y emotiva sonrisa apareció en sus labios, pero la misma fue afectada en poco tiempo por obvias razones; ya no viviría con XiaoJun, no se casarían y mucho menos podrían formar esa familia de la que tanto a veces les gustaba hablar. Ya no.

–Perdón... –Susurró con tristeza al mismo tiempo en el que, sin realmente quererlo, se quitaba el anillo y lo dejaba sobre la mesada junto a la gran puerta de salida; no pudiendo contener las lágrimas en sus ojos, le pedía perdón por irse así, de forma tan cobarde y egoísta; le pedía perdón por no poder seguir a su lado, por cada palabra que alguna vez llegaron a lastimarlo y por amarlo de la forma en la que lo hacía. No podía lidiar más con lo que estaban pasando, sus pies dolían de tanto caminar por alguna salvación y ya no estaban sus brazos para descansar, tampoco su mano para tomarla cuando se sintiera perdido y alejado de todo lo que alguna vez amó en la vida.

Se fue. Así como alguna vez vino, abrió la puerta y se fue, dejando atrás sus sueños, su vida, el anillo y una carta con sus sentimientos expresados pobremente en una hoja de papel.

│XiaoJun:

No sé por dónde empezar… Creo que debería empezar diciéndote cuanto es lo que te amo, pero no quiero hostigarte con esas cosas, sé que últimamente no es algo que te guste mucho escuchar.

Te esperé hoy. ¿Te acuerdas que te había pedido vernos por última vez? Esperaba poder abrazarte y que me regalaras, por única vez en la vida, un último “Te amo” que tal vez vines guardando hace mucho tiempo para mí. No estoy enojado, tampoco te guardo rencor… Sí duele y mucho, eso no te lo voy a negar. Tener todo y no tener nada de un día a otro no es fácil, lo sé; las cosas no se dieron fáciles ni para mí ni para vos, es algo que entiendo pero no acepto del todo y tal vez por eso es que ahora estoy acá, escribiendo esto para poder irme mientras no estás. No iba a poder irme si estabas, sé que si venías y me mirabas, en tus ojos iba a encontrar una y mil razones para quedarme, para seguir luchando a muerte por todo esto, aún así ya habiendo perdido la lucha antes de empezar.

Te amo, ¿Lo sabías? Más que a nada en este mundo. Siempre dije que eras el primero y así fue. El primero y el último: el único. Sí, puede que estés pensando que es demasiado tonto pensar así, que son solo palabras que después se las va a llevar el viento cuando conozca a alguien más, pero no. Por más que yo mismo incluso quiera pensar así, te metiste de tal forma en mi corazón que temo no poder sacarte más. Sé que no voy a lograr hacerlo, ni ahora, ni mañana, ni nunca. Cada noche, con dolor y lágrimas en los ojos, los recuerdos van a traerte a mí y me van hacer extrañarte, quererte, amarte una vez más. Lo sé porque así fue cada día desde que todo esto empezó; va a ser muy difícil. Voy a extrañar poder verte, hablarte, abrazarte, besarte. Creo que lo que más me duele en este momento es recordar tu sonrisa y hacerme la idea de que ya no voy a volver a verla nunca más… Sí, eso es lo que más dolor causa en mí ahora.

Quiero que sepas que fuiste y serás por siempre el mejor hombre de mi vida y al que más amo, a pesar de todo, siempre fui feliz a tu lado. Me gusta pensar hoy que un día de estos vas a venir así, tan lindo y dulce como siempre, y me vas abrazar para ya no separarnos nunca jamás… Aunque no queda más que en eso, en un pensamiento. Creo que nunca vas a saber o entender del todo lo que te amé, lo que desee formar una familia juntos, ser felices, que fueras solo mío y que tu tiempo solo fuera para mi vivir y respirar, así como yo lo hice por ti.

Una vez más, dejame decirte que te amo. Que te amo y que te voy amar por siempre y para siempre, tan intenso, lindo e inocente como desde el primer día. Fuiste y sos tan importante para mí, que irme ahora y dejar los buenos recuerdos de una hermosa relación creo es lo mejor, ¿No? Dejarte al menos un buen recuerdo juntos…

Habiendo terminado de leer esta carta, yo ya voy a estar en mi casa y vos en la tuya, cada uno en su mundo, en su vida de nuevo. No voy a molestarte… Tampoco buscarte si es lo que te preocupa; traje mis cosas, a Bella... No hay nada mío que ocupe un lugar en tu vida, salvo una cosa… Mi corazón. No pude traerlo, a fuerza de voluntad se quedó aferrado a vos, a nosotros, a lo que una vez fuimos y no lo culpo, con vos sentí lo más hermoso y sincero del mundo; al fin y al cabo, está donde siempre quiso estar. A tu lado.

Te amo, Xiao De Jun . Hoy y siempre. Espero poder algún día, quizá en un futuro, volver a toparme con vos y que ya no duelas tanto como hoy. Poder recordar toda nuestra historia con cariño y orgullo es lo que más deseo.

Siempre tuyo, Na Jaemin. │