XVI - Chicago

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Narrado por Terry

- ¿Pecas salimos a cenar?-

- Siii, muero de hambre -

- Voy a ponerme la boina y la bufanda para que no nos interrumpan- en los trenes he pasado los momentos más incómodos de mi vida, como no hay cómo alejarse, las admiradoras se ponen muy atrevidas y no quiero ver a mi Pecosa otra vez furiosa de celos.

Candy me toma del brazo y entramos al vagón restaurante, nos sentamos, pero varios grupos de personas nos miran.

- Terry parece que te reconocieron - me dice susurrando.

- Imposible Pecas - tengo mi boina puesta y la cara oculta por las solapas de mi abrigo.

Unas chicas se acercan muy emocionadas, Candy me avisa señalando con sus ojos mientras toma relajada de su bebida.

- Disculpen, buenas noches, usted es Candice Ardley, la chica Chanel - Candy casi se atraganta con su limonada y me mira asustada. Las mira y afirma con la cabeza.

- ¿Podrías autografiarnos por favor la foto del periódico?- le dice una jovencita de unos 14 años muy ilusionada.

- Claro- le responde sonriendo. Firma las fotos y las niñas se despiden felices.

- Terry ¿qué fue eso? -

- Jajaja Candy que divertido, ahora te acosaran a ti y yo al fin tendré la paz que necesito - le digo bromeando.

- Terry, eso fue muy... muy raro... ¿Porqué me pedirían un autógrafo si Coco solo quiere que me ponga sus vestidos? - me pregunta realmente confundida.

- Pecas, te lo diré directo, eres muy muy hermosa, casi angelical, el casi es porque ya sabemos lo que eres capaz de hacer- le sonrío de lado.

- ¡Terry! - me interrumpe.

- Jajaja déjame continuar, además la diseñadora más famosa de Europa te acaba de elegir para que representes su marca y lo más importante, eres la prometida del actor más guapo y sensual de Broadway - le digo con suficiencia.

- ¡Eres un presumido y arrogante Terrence Grandchester! -

- Shhhhhh- le susurro, mientras ella se pone la mano en la boca y se sonroja, varias personas nos observan.

- Candy en serio, deberás acostumbrarte, llamas mucho la atención - le digo sinceramente.

- Es raro, tú eres actor y talentoso, te admiran por eso, yo solo me pongo vestidos lindos, no me parece ni similar-me dice reflexiva.

- Eres mucho más que eso Candy, te lo aseguro - ella no está muy convencida, pero continúa con su cena.

Terminamos de cenar y la dirijo a la salita de música, no hay nadie, ya es bastante tarde. Me siento al piano de cola y ella se acomoda a mi lado.

- ¿Candy te acuerdas de tus clases de piano en Escocia?-

- No creo que recuerde nada... apenas si podía concentrarme en las clases, cuando sentía el mínimo roce de tu cuerpo me ponía muy nerviosa, perdóname te hice perder el tiempo - me cuenta negando con la cabeza.

- Pecas, eso pasaba porque yo te daba clases para poder rozarte aunque fuera con los dedos - recuerdo cuantas veces tuve que contener mi masculinidad ese verano, la pasamos UN MES todas las tardes totalmente solos en la Villa, ahorita mismo me enorgullezco de mí mismo, en ese momento ella era solo una niña, definitivamente valió la pena esperar a que creciera.

- Terry ¿qué piensas?- me pregunta cerca de mis labios.

- En que me has tenido loco de amor desde que te conocí- ella sonríe. Comienzo a tocar "Canción de cuna" de Mozart, ella cierra los ojos y sonríe disfrutando de la melodía.

El apartamentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora