LVIII - Bebé Grandchester

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Narrado por Terry

Admiro a mi esposa mientras habla con el doctor de su carrera de enfermera, vuelve a mirarme y nota que estoy embobado recorriéndola de pies a cabeza, sus ojos brillan y me dedica una dulce sonrisa. Tengo que confesarlo, estoy obsesionado con su cuerpo, se ve tan excesivamente sensual embarazada, que aprovecharé todo el tiempo que nos queda hasta tener el bebé.
Ella se levanta y toma el brazo que le ofrezco para salir del consultorio.

- Terry que vergüenza... el doctor se rió cuando dijiste seguiremos todas sus indicaciones al pie de la letra - dice imitando mi voz.

- Pecosa mal pensada, me refería a acompañarte a dar una larga caminata, pero tu mente perversa pensó solo en la parte del sexo - digo con tono indignado mientras niego con la cabeza.

- ¡Terry! - me río con fuerza.

- Aunque pensándolo bien... tampoco me opondría si me necesitas para cumplir con todo lo que te recetó el doctor... - le susurro al oído con voz seductora. Ella gime suavemente y asiente sonriendo.

- Pero primero vamos a la casa de tus padres, Eli me hizo prometerle que pasaríamos luego de venir al doctor -

- Vamos- llegamos al auto, le abro la puerta, pero antes de que suba la abrazo por la espalda poniendo mis brazos sobre su redondeado vientre y mi miembro entre su trasero - Te amo y me vuelves loco con tu figura de embarazada -

- De verdad estás loco, me siento como una bola y estoy hinchada... -

- Pecosa créeme, estás más bella que nunca - le beso el cuello, ella se vuelve y me besa los labios suavemente. Nos subimos y nos vamos rumbo a la Casa de Eleonor.

- Candy Cariño, este vientre ya está muy abajo, podría apostar que tenemos bebé hoy o mañana - tendré que hacer esta visita lo más corta posible.

- Sí, también lo siento, el bebé ya quiere salir, hace dos días casi llamamos al doctor pero fue falsa alarma, Terry se puso tan nervioso que casi tuve que darle primeros auxilios- me ¿sonrojo? ¿Yo Terrence Grandchester? Pues sí lo acepto, pero por Dios estaba durmiendo, soñaba que cabalgaba a Theodora en  medio de Escocia y Candy me despierta diciéndome que cree que ya vamos a tener al bebé, me levanté demasiado rápido y se me bajó la presión, así que no fue por temor... creo yo.

- Hijo, en el momento del parto debes ser fuerte por Candy y más fuerte aún después del parto porque ¿sabes que deberás dejarla tranquila en la cuarentena?- Candy se sonroja y cierra los ojos.

- ¿Tranquila de qué? ¿Cuarentena?-

- Tu padre se la pasó arañando las paredes en mi cuarentena- Candy apreta más los ojos.

- ¿Estamos jugando a las adivinanzas o me van a decir?-

- Cariño dile de una vez, que yo cometí el error de no advertirle a Richard - ella se aclara la garganta.

- Bueno... es que- hace una pausa larga.

- Con confianza, Richard es de mente abierta - me están matando de la incertidumbre.

- Encuarentenanosepuedetenersexo- lo dice muy rápido sin respirar, así que no me quedó suficientemente claro lo que dijo, aunque espero que no sea lo que entendí.

- ¡¿Cómo?! - lo digo más en forma de exclamación que de pregunta.

- No puedo decirlo de nuevo - Candy se rehúsa a explicarme más, está roja como una manzana.

- Hijo... que tendrás que esperar a que Candy se recupere del parto para poder hacerle el ....- la interrumpo.

- Me acaba de quedar más que claro, gracias madre - Candy se me acerca al oído, mientras ellos toman varias bolsas.

El apartamentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora