Gringotts

2.3K 179 29
                                    

Al despertar en Privet Drive 4 lo primero que hizo fue ir al baño a verse al espejo en silencio. En su reflejo pudo verse más joven, y con la altura que tenía a sus 14 años.

Tras volver a su cuarto pudo ver a Hedwig ya despierta por su despertador.

-Hedwig!- dijo exaltado y acercándose rápido al ave en su jaula.- Oh no sabes cuanto te extrañe.- mirandola con los ojos aguados.

-¿Que dices Harry?- preguntó moviendo su cabeza de lado.- Estuve contigo desde que regresamos.

Harry miro confundido a su lechuza.

-Hedwig ¿Estas hablando? - pero la sorpresa se transformó en vergüenza al recordar el deseó que le pidió a destino.

La lechuza abrió grande los ojos.

-¿Puedes entenderme?

Harry sonrió y abrió la jaula de su amiga, al sacarla rápidamente la acarició.

-Si jeje, si lo hago- parecía que lloraria en cualquier momento.- No sabes las cosas que pasaron.- Se froto los ojos, y le sonrió.- luego te diré todo pero primero debemos ir a Gringotts.

El día pasó "normal", al bajar pudo ver la hora en el reloj de la sala de estar, 8:30. Preparó el desayuno rápido ya que se quería ir lo antes posible. Cuando terminaron los Dursley, Harry fue el siguente en comer, mientras lo hacía pudo ver al tío Vernon viendo televisión, gracias a éso pudo saber la fecha. 25 de julio de 1994, a pocos días de su cumpleaños número 14.

Luego limpió los trastes y se fue rápido a su habitación no sin antes ver la hora, ya eran las 10:27. Se vistió lo mejor posible y liberó a Hedwig.

-Ok escucha. Debemos ir al callejón Diagon, ya sabes el caminó, iremos volando.- dijo impaciente abriendo la venta frente su escritorio.

Al escucharlo su lechuza lo miro con confusión.

-¿Cómo iremos volando si tu no puedes?- preguntó extrañada.

-Ya lo verás.- se colocó al centro de la habitacion- No lo intenté antes pero ahora es buen momento para hacerlo.

Cuando se iba a transformar llegó una lechuza negra, traía una carta gruesa y en el sellado tenía una "H". Harry recordó que también estaba por comenzar su año de Hoguarts, lo que conllevará que sea el torneo de los tres magos. Los recuerdos de ese año golpearon el cerebro del muchacho.

Tomó la carta que le daría el boleto al tren y le avisars en uba nota sobre los materiales necesarios para su año escolar. Escribió una respuesta, se la entregó a la lechuza y está se fue tan rápida cómo vino.

Al ver la lista pensó que está sería la escusa perfecta para ir a Gringotts. Volvió a colocarse en el centro y gracias al regalo de Destino pudo cambiar de forma a un águila. Sintió todo su cuerpo cambiar, desde sus huesos, hasta su piel.

La lechuza lo miró asombrada, no podía creer lo que veía, su dueño era animago y no se lo había dicho. Harry saltó a la silla, y de la silla hasta el escritorio donde se encontraba Hedwig esperandolo para volar.

-Te lo diré en el caminó. Ahora, cómo se vuela- preguntó emocionado.

Ambos se encontraban volando al Caldero Chorriante, en el caminó le dijo todo sin ocultarle nada, después de todo era su amiga más confiable aparte de Hermione.

Llegando se fueron directo a la parte de atrás, volvió a su forma humana, Hedwig descansó en su hombro y tocó los ladrillos correctos. Cuando el camino se despejó vio algo que extrañaba, el callejón tenía gente. Desde que Voldemort había revivido muy poca gente hacía sus compras por miedo, y algunos locales eran atacados por mortifagos.

Harry Potter Y El Torneo De Los Tres MagosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora