El pobre girasol

01

Nunca antes en toda su corta vida había sentido tanta vergüenza como la que sentía ahora, en la soledad de sus sábanas estaba enrollado y oculto del insípido mundo que lo rodeaba, escondiendo su penoso ser mientras lloraba a lágrimas vivas como nunca jamás lo había hecho. Sus mejillas y orejas yacían coloradas a más no poder y pese a que se refugió como un cobarde en su casa aún tenía el valor de haber cubierto su rostro con ambas manos, ahogando y amortiguando ligeramente el llanto en el cual se estaba quebrando.

Su mente no podía dejar de repasar mentalmente una y otra vez lo que sucedió hace tan sólo unos minutos en el cementerio durante el último adiós a su madre... Después de que Claus huyera del lugar ocultando ese cuchillo entre sus ropajes... Lo que pasó cuando sus familiares notaron la ausencia de su gemelo.

Siempre había sido malo mintiendo, ese era un hecho que lo seguiría a cualquier lugar que pisase incluso en las situaciones más cruciales...

Intentó mantenerse callado y tratar de ser un buen hermano por Claus, después de todo durante la última semana lo único que había logrado hacer era haberlo hecho enfadar una y otra vez con su lloradera y melancólica aura...

Pero eso se fue al caño cuando su abuelo le preguntó donde estaba Claus, su rostro lo traicionó y se deformó mostrando miedo. Su cuerpo de inmediato tembló al sentirse acorralado y no pudo mantener su vista fija en el mayor... Había sentido muchos nervios con sólo una pregunta, y poco después sintió culpa cuando intentó mentir.

Las miradas de los demás vecinos puestos en él y únicamente en él mientras su abuelo le regañaba y su padre le regalaba esa fría mirada llena de decepción y molestia fueron cosas lo suficientemente abrumadoras como para hacerlo empezar a lagrimear frente a todos, para después huir como el cobarde que era de nacimiento de la escena.

Ahora en casa no podía parar de lamentarse lo que había hecho, preguntándose porqué fue pensó que había sido una buena idea cubrir el plan de Claus... No... Preguntándose cómo es que había sido tan estúpido como para creer que un cuchillo normal podría lastimar a alguna de esas cosas.

Oír las palabras que su abuelo y padre compartieron gracias a eso... Le hicieron darse cuenta de ello, y ahora sentía mucha vergüenza.

Siempre vio a los Dragos como criaturas pacíficas y blandas, aún con lo que pasó con su madre... Se había negado a ver que ellos seguían teniendo garras y colmillos por una razón...

Ahora con ello sentía algo de miedo; jugó con años como si nada con seres que de un solo mordisco pudieron arrebatarle la vida, así como lo hicieron con su madre, pero... Estaba confundido, tenía muchos sentimientos chocando entre sí dentro de él.

Ellos pese a lo mencionado jamás lastimaron a una persona, y el Drago que él había visto era muy distinto a otro, partes metálicas recubriendo su cuerpo, un claro dolor en sus ojo; un Drago sufriendo... ¿Quién le habría hecho eso y por qué?

Solamente en el desgarrador silencio que había en su hogar podía hacerse esas preguntas y reflexionar sobre sus acciones...

¿Estaba tan mal que no sintiera rencor hacia ese animal y hacia sí mismo?

Él... Pensó que hizo lo correcto... Nada de lo que había hecho había sido con malicia ni nada similar, después de lo que estaba pasando en casa tras la muerte de su mamá poco y nada de un sentimiento así de egoísta podría estar dentro de él.

El desprecio de Claus, la indiferencia de su padre... Ambos sufrían, todos lo veían, él sufría más por ellos que por la dolorosa ausencia de su madre y nadie parecía verlo.

Al final ella demostró todo el amor que les tenía a Claus y a él dando su vida... Y después de eso, parece que ya no hay nada de amor para recibir en casa, pues intentó con creces ablandar a Claus con su cariño y hacer ver a su padre que seguía teniendo una familia que lo amaba.

Y sin embargo... No parecía haber algo de amor para él.

— No... No debo pensar así... Están tristes, debo hacerlos felices...

Pensó... Intentando convencerse de que podrían salir de esta deprimente situación.

... Algún día...

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Horas pasaron y la noche había caído, de tanto pensar al final había caído vencido abre el cansancio y al abrir sus ojos notó que la noche ya se había hecho presente en el cielo con su manto estelar.

Salió de su habitación, con pasos lentos y perezosos mientras un incómodo sentimiento de angustia crecía en su corazón, preguntándose si su padre ya habría llegado...

Pudo saber de su presencia una vez notó una luz venir de la cocina a la par de ver unas cuantas sombras y voces venir de ésta, voces como las de Lighter o Isaac las reconoció.

Le dio mucha pena ir a irrumpir la conversación de los adultos, pero necesitaba ver si su padre había logrado volver con Claus, si estaba descansando en la posada...

O si murió.

Las miradas de Lighter y Isaac se posan en él, la de su padre no.

Indecisos los adultos se miran antes de tomar la dura decisión de contarle lo sucedido.

Las bocas de ellos se mueven explicando el asunto, su padre en el fondo pasa sus manos por su rostro, él de a poco va abriendo sus ojos con sorpresa tras oír cada palabra mientras las lágrimas se iban acumulando... La realidad dolía.

Una realidad sin Claus...

Iba a ser fuerte... Era lo que su padre necesitaría, ¿no? Verlo feliz...

— Claus no está muerto.

Dijo con una firme voz Flint, comfundiendolo...

¿Por qué... Lo negaba...?

Su mente parece bloquear el resto de palabras que se dirigen los adultos, ve a su padre molesto, al resto frustrados... Él solo podía preguntarse...

¿Por qué no lo aceptaba? Digo... Después de lo que le dijeron...

Era imposible que Claus pudiera sobrevivir.

Quizá sea un pensamiento demasiado duro para un niño... Pero nunca gustó de hacerse ilusiones.

La ignorancia es felicidad, supongo...

Dos pétalos.

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Seh, de nuevo tardando en actualizar.

Nuevamente me picó el mosquito de la inseguridad y me debatía si seguir o no, pero vamos, al menos quiero tener una historia de verdad terminada.

Eeen fin, espero les haya gustado ^^