ᴀᴛʀᴀᴄᴄɪᴏɴ ɪɴᴇᴠɪᴛᴀʙʟᴇ {HisokaxTu}

⋆1⋆ ʀᴏᴊᴏ ᴄᴀʀᴍᴇꜱÍ

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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1

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—Todo se había teñido de rojo carmesí.— 

Rojo. 

El único color que podían distinguir mis ojos. ¿Por qué esto estaba ocurriendo? Cuerpos tendidos en el suelo de la sala principal de la mansión, guardias y mayordomos de élite habían sido cruelmente asesinados frente a mis ojos. Estoy de rodillas observando atónita, como puedo, lo que sucede ya que es casi imperceptible a mis ojos. Mi largo y fino vestido blanco empapado con la sangre de personas que están dando la vida para que sobreviva.. ¿y yo? solo puedo observar petrificada. 

— ¡Sora, escapa! — Gritó mi padre mientras intentaba proteger el cuerpo ya sin vida de mi madre de aquel hombre que desprendía una gran energía siniestra, autor de su asesinato.  

¿Este era el poder del Nen? Realmente nunca había prestado atención, muy pocas cosas lograban hacerlo. Estaba acostumbrada a obtener lo que quisiera debido a la fortuna de mis padres, que son cazadores. Nunca necesité preocuparme por mi seguridad ni de aprender a defenderme por mi cuenta porque existen muchas personas que se encargan de eso. ¿Este es mi final? ¿Observar cómo las personas que amo son asesinadas en frente de mi para luego, finalmente, morir?

Mi padre recibe el golpe mortal, su estómago es atravesado por un golpe de gran intensidad. No puedo dejar de llorar... no puedo moverme. Ya basta por favor. 

Este es un destino más cruel que la muerte en sí. 

Soy la única con vida, ahora vendrá por mi. Termina con mi vida, por favor. 

— ¿Acaso este es el tesoro de los Rozuno? —  Aquel malvado hombre de cabello largo y grisaseo con ropas similares a las de un cura se inclinó para observarme.

Cerré mis ojos aceptando mi cruel destino.

— Eres muy linda. Voy a cumplir tu deseo. —Su cara repentinamente se transformo de manera tétrica y sentí un gran dolor en mi estómago, el puñetazo me había mandado a volar hasta el pilar más cercano que amortiguó mi caída. Escupí sangre. 

—¿Por qué no me matas de una vez?.— Dije apretando mis dientes, llena de furia e impotencia.

— Ah, ¿sigues con vida? es impresionante para alguien que no sabe utilizar Nen. — Se acercó a mi una vez más.— Un humano ordinario habría muerto en el acto.- extendió su brazo  derecho para estrangularme. 

Pude ver que en la palma de su mano tenía tatuada una araña con el número cuatro. 

— Suplicame que te mate, vamos. — Dijo mirándome fijamente a los ojos, podía sentir un malestar progresivo. 

Repentinamente caí al suelo ¿qué sucedió? tomé una rápida bocanada de aire y reanudé mi respiración como pude. El hombre había sido herido, ¿Cómo eso era posible? ¿Quién podía tocar a ese monstruo? Se sacó una carta de poker que estaba incrustada en su hombro cual daga.