Hey.

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Harry soltó su maletín, dejándolo caer al piso, había sido un día estresante. Escuchó las risas de su familia, todo el estrés fue liberado de su cuerpo con ese sonido. Se quitó los zapatos y caminó a la cocina del departamento.

- ¡Papi!- grito el pequeño niño, con ojos almendrados, pestañas largas y cabello rizado, corrió hacia Harry quien lo cargó justo al abrazarlo.

- ¿Cómo te fue hoy?-

- Bien, tía Gemma me llevó al parque- Harry sonrió y volteó a ver a su hermana agradeciéndole con la mirada.

- Bueno, dile gracias a tu tía y ve a dormir, estaré ahí en un minuto- el niño asintió y corrió a su cuarto tan pronto sus pies tocaron el piso. Harry volvió su mirada a Gemma- Gracias-

- Oh no es nada, me agrada el bicho- Harry rió- Debo irme, te veo el lunes-

- ¿Qué?, no, dijiste que podías cuidarlo mañana-

- No, yo dije te aviso si puedo, ¿te avisé algo?- Harry negó- Entonces significa que no puedo ¿no crees?, hasta el lunes hermanito- palmeó la espalda de Harry un par de veces.

- ¿Lo tendré que cuidar mañana yo?- Gemma asintió mientras caminaba a la salida- No puedo hacer eso- la mujer se puso sus botas y abrió la  puerta- Gemms, ¿qué esperas que haga?-

- No lo sé, llevarlo a la oficina, no debe ser tan difícil, tiene tres años Harry, no es difícil entretenerlo-

La puerta se cerró, Harry se quedó viendo la madera hasta que el grito de Jonah diciendo que estaba listo se hizo presente.

Y no, Harry no era un mal padre, de hecho era bastante bueno si consideramos que la madre de Jonah vino con el bebé diciendo a Harry que sería deshumanizado no aceptarlos ya que el pequeño era su hijo. Si, conoció a su hijo cuando este tenía apenas una semana de vida y un día después de que Harry aceptara que se quedarán con él y tratar de ser una familia, la madre de Jonah decidió irse y dejarle un pequeño humano como recuerdo.

Así que nuestro amigo ojiverde tuvo que arreglárselas sólo, hasta que su querida hermana se mudó a la ciudad y ofreció su ayuda a su hermano.

Su hijo era su vida, había tratado de volver al juego de las citas pero las y los omegas que llegó a conocer no estaban dispuestos a unirse a su familia de dos. Así que Harry se dio por vencido antes de herir el orgullo de su alfa.

Al día siguiente Harry despertó más temprano que nunca a Jonah que no estuvo alegre con este cambio. Un puchero en sus pequeños labios estaba bien formado desde que Harry lo había comenzado a vestir.

Después de desayunar y bien abrigados ambos, subieron al autobús para ir a la oficina donde Harry trabajaba. Jonah se quedó dormido, cosa que Harry agradeció, la gente del colectivo lo miraban extrañados. Un alfa llevando a su cachorro a la oficina.

- ¿Qué hace el aquí?- preguntó Zayn señalando a Jonah.

- Nadie más podía cuidarlo-

- Tienes una junta Harry, ¿qué te pasa?- Harry se descolgó la mochila de su niño y la puso en el escritorio de Zayn.

- Cierto, aquí tienes- le pasó al niño y Zayn lo cargó sin más opción- Si despierta dale el oso azul de su mochila, no tardo-

- ¡Harry!- gritó en una clase de susurró para no despertar al niño. El alfa sólo corrió hacia la sala de juntas.

Afortunadamente Jonah no despertó hasta que estaba acostado en el sillón de la oficina de Harry y este estaba ahí. El niño se la pasó corriendo de un lado a otro sin salir de la oficina. Comieron un sándwich de la cafetería a la hora del almuerzo.

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