Drabbles [ ObaMitsu ]

Comida

[ Comida ]

Fecha: 25/06/2020

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Ambos pilares se hallaban sentados en un puesto de comida cercano al pueblo de una misión que se les había encargado.

De camino, como siempre, a la pilar del amor se le hizo inevitable hacer una breve parada para comer algo junto a su amargado favorito, y este como nunca podía negarle nada aceptaba sus peticiones a regañadientes.

Siempre y cuando no involucraran cosas como...su vida personal.

—Vamos~ Iguro-san. —animaba Kanroji dándole comida en la boca, cosa que evidentemente Obanai negó.

—No insistas, Kanroji. Come tú. —respondió alejándola.

—Moo~, Iguro-san es muy amargado. —suspiró la pelirrosa dándole un bocado a su ramen —. Comer sola es aburrido, para la próxima ¿debería buscar un nuevo compañero que coma a mi lado? —se preguntó acariciando su mentón.

Claramente, era una idea que no le gustó al pilar de la serpiente.

—¿Como? ¿Quien? ¿Con quien lo harás? —interrogó desesperado.

—¡Oh! ¿Estas celoso? —Obanai se sonrojó y se separó de ella con rapidez —. Tranquilo, era una broma. Iguro-san siempre será mi acompañante favorito...

—¿De verdad? —inquirió con ilusión. Tosió un poco y se corrigió, esta vez con una voz un poco más grave —. Digo, que bien.

—¡Después de Rengoku-sensei!

«Des...graciado» Maldijo Iguro en sus adentros.

Estaba celoso. Quería ser el favorito de Mitsuri y por un momento se le vino una idea la cual estaba dispuesto a realizar, aunque en el proceso pareciera no ser él mismo.

Agarró los palillos que se encontraban sobre la mesa y con ellos tomó la máxima cantidad de fideos del plato de la pilar.

—Come. —demandó sosteniendo los fideos frente a ella.

—¿Eh? ¿Iguro-san?

Kanroji se sonrojó, y no era la única. Ambos pilares se encontraban bastante avergonzados debido a la escena que el joven pilar había creado.

Obanai desvío la mirada. No lo rechazaría, ¿Verdad?

—K-Kanroji...

Insistió. Para cuando pasaron los segundos se sintió un idiota. ¿De donde había sacado valor para hacer eso?

Iba a retirar su mano arrepentido, pero el ligero movimiento en los palillos lo hizo volver a mirarla.

Ella...Kanroji había comido.

—¡Que rico, Iguro-san! —chilló de alegría —. No esperaba que hicieras eso, gracias.

Mitsuri, con un sonrisa llena de felicidad se abrazó al pilar de la serpiente. Un sonrojo instantáneo apareció en su rostro en especial al sentir ambos pechos de la chica frotarse con su brazo.

¿Había valido la pena? Pues si, valió la pena.