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El verano fue bastante normal: estuve todo el tiempo dando paseos, jugando con Kendra, leyendo y hablando con Draco. De vez en cuando le daba por darme discursos de por qué juntarme con Harry no era una buena idea, pero se le acabó pasando.

Hablé mucho con mis amigos para ver qué tal les iba. Ron, Harry y Hermione me preguntaban si estaba bien, qué estaba haciendo, si los Malfoy me cuidaban... Yo sinceramente estaba más preocupada por Harry que por mí misma, no estaba muy segura de que sus tíos muggles le trataran demasiado bien. Theo me contaba cómo le iba en casa, y por lo que me dijo parecía que sus tíos eran Malfoys 2.0.

Por su parte, Lee y los gemelos me enviaban cartas con ideas para bromas nuevas, los últimos me mandaron una carta diciendo que iban a ir a rescatar a Harry de casa de sus tíos, les respondí diciendo que tuvieran cuidado, me daba miedo pensar lo que podían hacer esos dos, son capaces de absolutamente todo.

El 13 de agosto, para mi cumpleaños, hicimos una especia de fiesta en el jardín de la mansión, pero Lucius y Narcissa se empeñaron en invitar a un montón de gente, así que acabé escabuyéndome con Draco y con Theo a un lugar más apartado para no tratar con tanta gente.

Cuano toda la gente se hubo ido, Narcissa vino a buscarme a la cocina.

-Bianca, querida, hay algo que quería darte -me dijo mientras se acercaba con una especie de caja.

-¿Qué es? -pregunté curiosa.

-Un regalo que dejó tu padre, y dado que cumples doce años, he supuesto que hoy sería un buen día para dártelo. Él quería que lo tuvieras antes de empezar tu segundo año en Hogwarts. -explicó mientras alargaba la mano para entregarme la caja. Esta era de un verde muy oscuro, con detalles en plateado.

Cuando la tuve en mis manos, pude sentir una rugosidad propia del cuero, y observé que había una inscripción en plata:

       R.A.B                                                                                                                                                                            toujours pur

Sabía que las inciales eran las de mi padre, y reconocí la frase en francés como el lema de mi familia, los Black: siempre puro. Tenía curiosidad por saber qué era, pero no quería abrirla delante de Narcissa; me despedí de ella y subí a mi habitación para ver qué era.

Una vez sentada en mi cama, abrí por fin la caja, y dentro me encontré un álbum de fotos, ademá de una carta en la que reconocí la letra de mi padre. Agarré esta última y me dispuse a leerla.

Hola cariño,

Sé que es muy raro comunicarme contigo de esta manera, pero los últimos acontecimientos me han llevado a tomar una decisión muy repentina, sobre todo después de lo de la última noche. Perdón si te estoy confundiendo demasiado, pero no sé si sea esta la mejor manera de explicarte qué ha pasado.

Por ahora, me voy a limitar a hacerte saber que te sigo apoyando, puede que no a tu lado, pero sigo junto a tí. Espero que hayas disfrutado tu primer año en Hogwarts y que hayas hecho buenos amigos.

Quería escribirte esta carta para que sepas que no me olvidé de ti, y que nunca lo voy a hacer. La caja me la regaló mi tío Alphard en mi undécimo cumpleaños. Te hubiera caída genial, era un gran tipo.

El álbum de fotos que viene dentro es una colección de algunas fotos que tengo de mis años en Hogwarts...

Al leer eso, cogí el álbum y lo abrí en una página cualquiera. Entonces vi una foto de los que supuse que eran mis padres, pues eran los únicos con túnicas de Slytherin, en lo que parecía ser la fiesta de cumpleaños de un chico Gryffindor moreno y con gafas que se parecía demasiado a Harry. Al pie de la foto ponía: "27 de marzo de 1976, cumpleaños de cornamenta :)"

Bianca Black en Hogwarts //2// 《D.M》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora